ZACATECAS.- De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Análisis y Políticas Públicas México Evalúa, más de la mitad de la población de Zacatecas, tiene temor de utilizar el transporte público.
Con base en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2015, se puede deducir la situación de la seguridad en el transporte público y su relación con la movilidad en las ciudades; en donde Zacatecas se encuentra ubicada en una zona de alarma.
De acuerdo a la ENVIPE, si bien las cifras no miden la incidencia delictiva, sino sólo la percepción de la inseguridad, permite medir e identificar en dónde y cómo ocurren los delitos, pudiendo ubicar a los delitos efectuados en el transporte público como un foco rojo social.
En Zacatecas, según la percepción de inseguridad, el 53% de la población siente miedo al utilizar el transporte público por temor a ser víctima de algún delito.
Según la medición, la percepción de la ciudadanía sobre la carencia de seguridad en el transporte público tiene correlación con la incidencia delictiva dentro de éste. Por ende, debido a la ocurrencia de delitos en el transporte público, como lo pueden ser robos o asaltos, hostigamiento, manoseo, exhibicionismo o intento de violación; Zacatecas se ubica en el lugar más alto de la gráfica del porcentaje de la población que por miedo, prefiere ya no utilizar el transporte público.
A esto debe añadirse la reciente crisis de asesinatos de trabajadores del volante, y la fallida instalación de los botones de pánico en las unidades de transporte público, que sólo han abonado a que la sociedad pierda la confianza en las opciones de transporte que en Zacatecas tiene.
Las autoridades del estado insisten en que en el llamado “Sexenio de la Seguridad” se realizó una inversión millonaria a fin de garantizar la integridad y seguridad de los zacatecanos, sin embargo ciertamente se carece aún de la infraestructura para ello. Del mencionado “botón de pánico” menos del 5 por ciento de las unidades de taxi de la capital lo tienen instalado, y se debe considerar además a las unidades de transporte urbano, tanto de la capital como del resto de la entidad.
Así el panorama luce adverso, ante la necesidad de implementar políticas que fomenten el uso del transporte público, seguro y de calidad, que permitan disminuir el uso del automóvil, abonando así tanto a la movilidad en la zona urbana, como al medio ambiente.
