Por Juan Gómez
La Junta Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado de Zacatecas (JIAPAZ) aumentó 12% el costo de la tarifa de los usuarios, quienes no reciben al 100 por ciento el líquido pero además, constituye un golpe al bolsillo doméstico en una economía estancada, marcada por el desempleo, la ausencia de proyectos de inversión y el fracaso en las políticas de obra pública.
El incremento en la tarifa de agua potable que fue apoyado por los ayuntamientos de Guadalupe, Vetagrande, Morelos y con la oposición de Zacatecas capital, muestra la insensibilidad gubernamental para atender las necesidades de la población pero en especial, el alejamiento de las prioridades domésticas.
Durante más de cuatro años el mandatario estatal, David Monreal Ávila, se ha mantenido en el último lugar de aceptación ciudadana, barrera que le acompañará como un sello distintito a su administración, lo cual se ha ganado a pulso.
Esta insensibilidad para gobernar la lleva a uno de los planes más importantes del Plan México de la presidenta Claudia Sheinbaum, que tiene que ver con la construcción de la presa Milpillas, el proyecto hídrico estratégico más importante para Zacatecas.
En este mes que concluye debió obtenerse la aceptación por escrito de los ejidatarios de las comunidades que tienen la propiedad de los terrenos por donde se construirá la mencionada presa, pero a inicios del presente mes de junio el gobernador fue rechazado físicamente de una reunión en el ejido El Potrero, en donde pretendió sorprender a los ejidatarios para obtener su aprobación.
Sin la aprobación de ejidatarios, el gobierno federal no podrá publicar la licitación para la construcción de la presa Milpillas, que debería hacerse en el mes de julio que inicia en dos días, lo cual no podrá realizarse.
Este ambiente en contra obligó al gobernador Monreal Ávila a declarar a los medios de comunicación el pasado 26 de junio de este año que “sí la gente no quiere el beneficio del agua, sí no considera importante este proyecto de Milpillas, no se va a hacer, así de sencillo”.
El proyecto de construcción de la presa Milpillas fue anunciado por el ex gobernador priista, Miguel Alonso Reyes, en su último informe de gobierno y retomado por su sucesor también tricolor, Alejandro Tello Cristerna, pero en los cinco años de su gobierno no lo pudo concretar y la federación retiró los 500 millones de pesos que había programado para el inicio de los trabajos.
Dicho proyecto hídrico tendría un costo de inversión de 8 mil 900 millones de pesos y beneficiaría a más de un millón de habitantes, principalmente de zonas urbanas, para lo cual el gobierno de la república anuncio una programación de 350 millones de pesos para el inicio de la obra, recurso que podría ser retirado al no haber condiciones para la concreción de dicho proyecto.
La reciente reunión del director general de la Conagua (Comisión Nacional del Agua) Efraín Morales López, con el gobernador David Monreal, dejó en claro que no se publicará la licitación para la realización de dicha obra, por lo que, en el mejor de los casos, se recorrería el calendario de actividades.
El proyecto ha presentado distintas irregularidades, de acuerdo a la declaración del Secretario de la Función Pública del gobierno estatal, Ernesto González Romo, quien dio a conocer que desde el 2016 en que fue planeada la presa Milpillas, se invirtieron 217 millones de pesos sin que se colocara una sola piedra, por lo cual se comprometió a ir a fondo en la investigación en contra de ex funcionarios priistas, pero hasta el momento, no ha dado seguimiento a esta información.
Mientras tanto, en la presente administración gubernamental se han perforado más de 20 pozos para abastecer el consumo doméstico, lo cual ha resultado insuficiente debido a que los tandeos en la mayoría de las colonias son muy prolongados, situación que es cuestionada por los usuarios, quienes argumentan que pagan un servicio que no reciben al 100 por ciento.
Al tiempo.
@juangomezac