Cualquier persona asesinada es un fracaso de la sociedad, sentenció Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas, ante el lamentable hecho de la joven preparatoriana de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
El obispo puntualizó que estos hechos son cuestiones que afectan y lastiman a todos, por lo que debemos reflexionar si el problema es un mal social, la solución debe venir de la sociedad.
Pidió no perder nunca la sensibilidad de estos sucesos, ni acostumbrarnos a la violencia, pues nos estaríamos dando por derrotados al aceptar esta situación.
“La sociedad y las familias están siendo rebasadas, pues nos estamos echando para atrás, claro no nos vamos a exponer, pero falta, a medida de una sociedad más organizada y cooperadora, todo irá cediendo”.
Consideró que no es que no exista responsabilidad por el gobierno, pero no es suficiente si no trabajamos todos, pues no se puede adjudicar todo a las autoridades.
El problema afecta a todos
Noriega Barceló señaló que no hay Institución que no esté siendo afectada, pues así como las familias, las dependencias también sufren estragos, como se ha visto en últimas semanas en agresiones a elementos de corporaciones policiales y funcionarios.
“Es muy visible el problema, por ello se debe avanzar en la inteligencia y aplicación de nuevas estrategias de contención a mediano y largo plazo, donde tiene que intervenir, universidades, colegios de profesionistas, juntas de vecinos, pues solo buscando juntos se encontrarían soluciones viables”, precisó.
Expuso que no cree las autoridades apuesten al olvido, al no proporcionar resoluciones de múltiples carpetas de investigación de las que simplemente se deja de preguntar, pues dijo se ha visto una real preocupación por que la situación cambie y que “ya es un adelanto que no se esté tapando nada”.
Expresó que diversos factores como el no contar con personal de policías suficiente, problemas como la impunidad y la corrupción, o el actuar de grupos criminales, al ingresar menores de edad a sus filas ya que no se les detiene, son cuestiones que dificultan para tener un cambio.
Ayudar al que no tiene que comer
Con respecto al día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, a celebrar el próximo martes 17 de octubre, el obispo expuso la necesidad de ayudar a nuestro prójimo cuando sabemos que lo necesita.
Señaló que la pobreza no es un destino ni una fatalidad, es un problema humano y por tanto es social, al generarse una mala repartición de la riqueza, derivada de la desigualdad con la que se vive.
Pidió reflexionar en ayudar al necesitado, pues “no se vale ver que está padeciendo hambre, ayúdale y dale que comer, si vez que padece otro males comparte”.
Expuso que no solamente existe pobreza material, hay muchos tipos de pobreza como la soledad, que cada vez abunda más en las familias, y que mayormente se refleja en el olvido de los adultos mayores. “No los dejemos olvidados a su suerte”, puntualizó.