El ex rector de la UAZ, Francisco Javier Domínguez Garay, rompió su relación con el rector Rubén Ibarra Reyes, porque ha permitido la permisividad en la intromisión de agentes externos en la vida universitaria, “un rector que disfraza disfraza en su discurso la sumisión a intereses externos partidarios y personales no puede seguir siendo parte de nuestro colectivo”.
Argumentó que la conducción de la institución se alejó cada vez mas de la visión de quienes coincidimos en el proyecto inicial centrado en la universidad pública. Agrega que “Su permisividad en lo relativo a la intromisión de agentes externos en la vida Universitaria violenta la autonomía”.
Destaca que un compromiso fundamental incumplido fue la relación de una vida sindical sana y de respeto a los contratos colectivos, y un trato digno a sus agremiados, para lo cual, entre otros puntos se debería abandonar la contratación por honorarios que lastima al personal docente al no generar ningún derecho y pago justo.
Subraya que permanece un uso discrecional en la contratación y que, al mismo tiempo, se instrumentó una política de confrontación y polarización, lo que destruye la convivencia entre los universitarios.
El rompimiento
En un mensaje enviado a la comunidad universitaria, el doctor Francisco Javier Domínguez Garay, principal impulsor de la carrera político académica del rector Rubén Ibarra Reyes, hace un recuento sucinto de la causa del rompimiento con quien fuera su pupilo:
Enfatiza que en el proceso de elección de autoridades universitarias del año 2021, “su servidor, al igual que muchas otros universitarios de la UAZ, concurrimos en el proyecto encabezado por el actual Rector, respaldando su propuesta y compromiso de llevar a cabo acuerdos fundamentales, para el mejor futuro de nuestra institución”.
“El más importante de ellos fue realizar un proceso de cambio, que sentara las bases para una propuesta que podría funcionar como un modelo en las universidades públicas estatales del país, a través de una Reforma Integral Universitaria; sin embargo, los universitarios y la propia autoridad federal fuimos engañados mediante la simulación”.
Por lo cual, subraya, nuestro grupo académico-político manifestó su decepción y ahora lo enfatizamos. El respaldo y compromisos con las unidades académicas en su mayoría fueron incumplidos, así como la falta de sensibilidad para atenderlos y resolver sus demandas, acusa.
Al respecto afirma que “Peor es el caso de las maestras y maestros con necesidades que no fueron escuchados, fue decepcionante caer en la cuenta que nos conducía sobre la base de falsas expectativas”.
Por eso, compañeras y compañeros, debemos hacer alianzas amplias. En éstas deben prevalecer las coincidencias que nos unen y sobre ellas construir una universidad que tenga estabilidad, gobernabilidad, desarrollo y trabajo en armonía, propone.
Pensar en la institución debe posibilitar estar por encima de nuestras diferencias, transitar hacia una reforma integral para nuestra Institución y aspirar a una conducción que sea transparente, de diálogo abierto y que cumpla con los compromisos, señala finalmente.
Aquí el texto publicado por el doctor Francisco Javier Domínguez Garay: