Por Juan Gómez
Zacatecas vive una crisis de inseguridad que golpea no solo la imagen del gobierno morenista de David Monreal Ávila, sino a los sectores productivos del estado, principalmente al turismo y en especial, a las corporaciones policíacas, estudiantes y a la sociedad en general.
No es exagerado puntualizar que el gobierno actual ha fracasado en el combate a la inseguridad en el estado, que se ha exacerbado en los últimos meses y que, ante este escenario, el gobierno morenista no ha sido capaz de contener.
El Plan Zacatecas II no ha dado los frutos deseados para evitar las masacres, las ejecuciones, las extorsiones y los masivos crímenes en Fresnillo y en la zona conurbada Guadalupe-Zacatecas.
El 25 de noviembre de 2021, el Presidente López Orador le dijo a los zacatecanos que no estaban solos y ofreció todo su respaldo al gobernador, David Monreal.
La realidad contradijo a la narrativa presidencial. Los zacatecanos están abandonados por la federación.
Empujado por la lacerantes y contumaz violencia que han provocado los cárteles, el Presidente Andrés Manuel López Obrador regresó a Zacatecas el pasado nueve de septiembre de este 2022, para nuevamente ofrecer a los zacatecanos todo su apoyo en materia de seguridad y política social.
En esta ocasión el presidente López Obrador fue más allá al señalar “vamos a seguir apoyando a Zacatecas que tiene un buen gobernador”.
Los zacatecanos opinan lo contrario y lo manifiestan en los espacios de redes sociales, de opinión pública, en la convivencia y en los círculos sociales.
El discurso oficial y político no han servido para frenar la violencia, pero tampoco el envío de más efectivos de las fuerzas armadas.
En la presentación del Plan Zacatecas II el general secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, informó que se desplegarían en Zacatecas 3 mil 848 elementos y tres helicópteros artillados, para reforzar la seguridad en el estado.
Hoy no sabemos cuántos elementos de Semar, Sedena y Guardia Nacional hay en Zacatecas, pero lo que si sabemos es que en lo que va del año, han sido asesinados 48 elementos de seguridad en activo y ex agentes de seguridad, de los cuales 24 son municipales; 12 estatales; 6 metropolitanos; 3 custodios y de investigación y tres guardias nacionales.
Pero también es inexplicable el proceder de las autoridades estatales, quienes ante la ola de asesinatos de policías municipales y estatales, solo publican un video alusivo al hecho, en ocasiones un boletín, pero no muestran su solidaridad personal e institucional a la corporación y mucho menos a las familias de los caídos.
El pasado jueves, cinco elementos de seguridad del municipio de Calera de Víctor Rosales fueron a ejercitarse a la deportiva municipal, para estar en forma para preservar la seguridad de los calerenses, cuando fueron sorprendidos. Desarmados, fueron acribillados por sicarios entrenados para matar.
El director de Seguridad Pública municipal acudió con otro oficial para prestar auxilio a sus compañeros, pero al llegar fueron rafagueados por los sicarios. Ahí dejó su vida el jefe policíaco que quiso apoyar a sus compañeros.
En el sepelio de despedida, realizado en las instalaciones de la presidencia municipal de Calera, no asistió ninguna autoridad municipal.
Ese día la Coordinación de Comunicación Social del gobierno estatal envió un boletín y fotografías del gobernador David Monreal, supervisando atingentemente las instalaciones del lienzo charro, donde se llevará a cabo el 78 Congreso y Campeonato Nacional Charro Zacatecas 2022.
De esa manera se quiso distraer la atención de la opinión pública de la masacre de policías en Calera.
Respecto al secretario de Seguridad Pública de Zacatecas, general Adolfo Marín, su rechazo a la petición de los diputados de la 64 legislatura estatal para dar una explicación sobre el alto índice de violencia y asesinatos, evidencia su manejo en la atención a la política de seguridad.
La noche del 29 de septiembre pasado fueron asesinados tres jóvenes estudiantes de la UTZAC (Universidad Tecnológica de Zacatecas) en la colonia La Comarca, en Guadalupe, Zac., otro de los municipios que junto con Zacatecas se disputan los asesinatos cotidianos.
Los jóvenes eran originarios de la comunidad El Saucito, del municipio de Pánfilo Natera, y habían salido para estudiar en la UTZAC en búsqueda del sueño de ser profesionistas y mejorar sus condiciones de vida.
Este lunes, amigos, familiares y sociedad en general harán una marcha en la capital del estado, en demanda de justicia y del cese a la violencia y los asesinatos en Zacatecas.
El gobierno autista está en otra burbuja, ausente de la realidad zacatecana.
Los zacatecanos están abandonados.
Al tiempo.
@juangomezac