Separatistas prorrusos tomaron el control de un hospital en su bastión de Donetsk, en el este de Ucrania, e hicieron prisioneros a los combatientes pro Kiev heridos en los enfrentamientos del viernes que dejaron siete muertos, constató el sábado una periodista de la AFP.
Los rebeldes montan guardia ante la entrada de uno de los principales hospitales de Donetsk, así como en las escaleras y en las plantas del interior.
A finales de la mañana, los médicos intentaron negociar con los rebeldes, a quien explicaron que su presencia incomodaba al personal sanitario, a los pacientes y las familias.
“Somos simples observadores”, respondió uno de los rebeldes mientras quitaba la seguridad de su kalashnikov.
Según un médico del servicio de neurocirugía, que no quiso dar su nombre, el hospital trata “varios heridos de gravedad provenientes de los enfrentamientos de ayer (viernes) por la mañana”. “Los rebeldes llegaron el viernes a mediodía” para “buscar a estos heridos”, añadió.
Siete combatientes murieron ese día en enfrentamientos entre prorrusos y voluntarios del batallón de apoyo del ejército ucraniano cerca de la localidad de Karlivka, unos 20 kilómetros al noroeste de Donetsk.
“En este edificio tenemos varios heridos, que han sido operados de sus heridas en la cabeza y que podrán trasladarse pronto. Estos hombres (los prorrusos) quieren saber cuándo podrán sacarlos del hospital para intercambiarlos por sus propios heridos”, explicó el mismo médico.
El personal sanitario que salió al exterior de este edificio de cuatro plantas a fumar un cigarro era parco en palabras. “No sabemos nada”, explicó una de las enfermeras antes de murmurar “mirad alrededor de nosotros, el mundo se ha vuelto loco”. “Esto es un hospital y estamos trabajando rodeados de hombres armados. Todo el mundo tiene miedo”, añadió.