Zacatecas, Zac. 13 de julio de 2017.- El fotoperiodista Pedro Valtierra mostró hoy una faceta artística y social de la cotidianeidad de la sociedad, en la apertura de su exposición intitulada “Pasión por lo cotidiano”, en la que mostró su sensibilidad, agradecimiento a periodistas que creyeron en su talento y en especial, a sus padres “quienes me enseñaron a ser pobrecito pero limpio y decente”.
Disculpen la emoción, dijo el laureado en foros nacionales e internacionales en medio de aplausos de reconocimiento a su trabajo, talento y trayectoria, que hoy mostró otra faceta más personal y social, en su exposición presentada en el Museo Zacatecano en la capital del estado.
Pedro Valtierra Ruvalcaba leyó un texto en el que destacó su visión y vocación del fotoperiodismo que le acompañado desde 1975 en su trabajo periodístico:
“Las circunstancias nos obligan, no es cosa nuestra, sin embargo todos quieren salir en nuestras fotos. Solo tenemos nuestros ojos y nuestra alma para poder ver lo que retratamos, no buscamos robarle el alma a nadie, al contrario, nuestros personajes, cada uno con sus problemas, deben quedarse serios ante nuestra cámara y discretamente le robamos un pedazo de su vida para llevarnos en nuestros rollos antes, hoy en nuestras tarjetas, a compartirlos para que se publiquen en los periódicos”.
Agregó: “tampoco buscamos la gloria ni la fama. Cuando trabajo solo pienso que mis imágenes pueden abonar para conseguir un mundo mejor para todos, que haya menos injusticia, menos violencia para contra todos, las minorías, los niños, las mujeres y a los jóvenes que mueren y también menos violencia contra los periodistas”.
“Yo quiero que mis fotos sirvan para hacer el bien, para que sus ojos y sus almas las disfruten o que les permitan acercarse a los temas que ocurren en otras partes y para guardar en nuesra memoria colectiva lo que pasa en nuestro país o en el mundo; para que no olvidemos, para que los jóvenes, cuando ya estén como yo, sepan que aquí han pasado cosas dolorosas y tristes”.
Todo lo demás, añadió Valtierra, ha llegado con el trabajo de difundir las fotos, de guardarlas y conservarlas. No basta con tomarlas y hablar de ellas, es necesario apapacharlas, cuidarlas y buscar espacio para que se conozcan, para que cumplan con el objetivo de ser miradas y vistas. Las fotos son como los hijos, hay que llevarlos de la mano mientras caminan solos, reflexionó.
Con más de 350 mil imágenes que su mirada y su cámara han captado desde hace 42 años, el fotoperiodista fresnillense Pedro Valtierra, acompañado de autoridades, familiares y amigos, expuso 60 en Pasión por lo cotidiano, en el Museo Zacatecano.
La exposición fue inaugurada por el director general del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, Alfonso Vázquez Sosa, quien estuvo acompañado de la directora del Museo Zacatecano, Julieta Medina Briones.
Vázquez Sosa hizo énfasis en el trabajo del periodista, de los reconocimientos que ha obtenido a lo largo de más de 40 años de trayectoria, así como de los ejes de los que se conforma la exposición, que ocupa las salas temporales del Museo Zacatecano.
Curada por la periodista y narradora Ana Luisa Anza, y también esposa de Pedro, considerado uno de los fotógrafos mexicanos más importantes de las últimas décadas, la muestra realiza un recorrido por las imágenes más emblemáticas, en un formato mediano, del también fundador de la agencia Cuartoscuro.
“A través de la foto surgió mi pasión por lo cotidiano”, dijo Valtierra que en 1998 recibió el renombrado premio Rey de España y trabajó en Unomásuno, diario en el que consolidó el ejercicio de revelar condiciones sociales, políticas y culturales, así como rostros y rictus en acciones únicas.
Pasión por lo cotidiano, dividida en temas como Ojos que miran, Caminantes, entre otros, es la reunión de aquello con lo que el fotógrafo se ha encontrado en sus ámbitos más inmediatos; ésos que, como él lo ha mencionado, le han hecho vivir para y por la fotografía.
“Lo importante de todo trabajo creativo es que se muestre”, añadió también el fotoperiodista que ha sido pieza fundamental en las crónicas sociales y artísticas nacionales e internacionales, narrándolas a través de su mirada puntual y, también, precisa; una que es cotidiana y la ha convertido en una pasión.