Por Verónica Trujillo
Nuestros pensamientos influyen en nuestro comportamiento y nuestras emociones a lo largo de la vida. Somos responsables de lo que sentimos y por ende de cómo actuamos en lo individual y a donde pertenecemos como sociedad.
Estamos en un momento mundial con la presencia de una pandemia que ha golpeado a nuestro país por las tardías estrategias de actuación, un gobierno federal que poco creía en el problema en el que se ha convertido, agregado a esto la falta de voluntad y de conocimiento de una sociedad apática de colaboración.
Y la ciencia y la matemática poco entendida por las mayorías que poco a poco hacían que los pronósticos fueran menos acertados; se minimizó como tal la presencia en el país de este virus y hoy estamos colapsando prácticamente en todo, sin embargo, es más fácil politizar los temas y esperar los cambios en el gobierno que se aproximan en los estados.
Un presidente que, para él ya estamos en la ultima etapa de esta emergencia sanitaria, con urgencia de retomar sus giras, un presidente que siempre envío un mensaje confuso de quédate en casa con un país hundido en la informalidad, en el desempleo, en la inseguridad, todo eso que la cuarta transformación dijo sería fácil de llegar al poder desde el primer día, pero ya han trascurrido 2 años y estamos peor.
México tiene grandes rezagos de toda la vida por los excesos de quienes han gobernado, no quitemos la responsabilidad tampoco a los anteriores, sin embargo hoy somos los responsables de este momento.
En Zacatecas estado colonial, turístico, minero y migrante, no ha sido distinto el escenario, ya han trascurrido 4 meses con la presencia de este virus que cambió por completo nuestras vidas. Hoy nuevamente en esta semana estamos ubicados en semáforo rojo, en el nivel máximo de contagios, con casi 2 mil casos positivos y 200 fallecimientos, 200 familias que deberían ser el ejemplo más claro de cuidarnos y tomar conciencia de nuestro actuar.
Pero la capacidad de asombro pasa pronto, las imágenes de una campaña dejando a nuestros hijos o alguien conectado a un respirador es lo mismo que el consumo de tabaco, estas supuestas campañas agresivas poco funcionan ante una sociedad resistente, que le importa más formarse para comprar cerveza y coca cola y que falte comida en casa, porque somos muy contradictorios.
Y no puedo pasar por alto todo lo que sucedía antes de la pandemia, ya éramos un país con problemas de obesidad desde nuestros niños.
Hablando de salud son un fracaso las políticas publicas que poco han querido coordinar la educación con estos temas urgentes, el cáncer infantil en aumento, esta pandemia ha venido a quitarle la vida al 23% de la población joven cuando se suponía no era un sector de la población en riesgo y lo más lamentable, tenemos a un equipo medico agotado, limitado y harto.
En Zacatecas 7 de cada 10 espacios para atención medica por COVID-19 están ocupados, las otras enfermedades que tampoco han desaparecido, están en espera de atención, enfermedades que tampoco pueden esperar hoy no tienen un espacio, medicamento ni atención.
¿Cuándo reaccionaremos?, cuando como medios digamos ya no hay lugar, la gente muere en las calles, sin duda el gobierno federal dijo, no faltaran camas, pero nunca aseguró personal medico que atienda y opere esos respiradores en terapia intensiva.
Somos lo que pensamos, una sociedad indolente que ignora al de enfrente, aquí no depende de colores, de gobiernos o de prohibiciones porque como buenos mexicanos mientras mas nos dicen No, más haremos lo contrario.
Este lunes en rueda de prensa el gobernador expresa no querer ser represor, en varias ocasiones dice que no busca ser popular con sus estrategias, sin embargo, ante la poca respuesta y resultados de sus programas siguen, a mi consideración, fallando por ser tan tibios a este nivel que ya sin duda no tiene vuelta atrás.
Esta pandemia nos vino a demostrar que la conducta individual será el destino de todos.