Este desencanto, aunando a la recesión y depresión social de la siguiente década, dio origen al surgimiento de líderes carismáticos populistas, que representaron una ruptura social y política, que mediante el ejercicio del poder significaron peligrosos retrocesos democráticos en sus naciones, por ejemplo: Abadla Bucaran en Ecuador, Alberto Fujimori en Perú, Hugo Chávez y Evo Morales, de manera paralela se iban fortaleciendo los poderes fácticos, contaminando todo e informalizando la política.
Estos factores han dejado a la sociedad, incluso la mexicana, con la idea de que la democracia no se ha consolidado, solo se ha instaurado mediante procesos electorales permanentes y no sin conflicto.
Las sociedades en alternancia democrática han encontrado dos desafiaos: cambiar las instituciones autoritarias y revertir las crisis económicas. Por otro lado, los especialistas han encontrado un consenso de que las democratizaciones y sus alternancias han puesto sobre la mesa dos transiciones: una hacia las instituciones políticas democráticas y otra de un forma de Estado hacia otro.
En ese escenario, debemos advertir que las consolidaciones democráticas deben pasar por el reforzamiento de la sociedad civil, para enfrentar las seducciones autoritarias y construir una autonomía de la comunidad política respecto del Estado. Al mismo tiempo se requiere de la existencia de vínculos estables entre partidos y grupos de interés, ejemplo: un adecuado diseño normativo e institucional que debe incrementar la consolidación de un régimen democrático, sin embargo, una nueva normatividad siempre va a enfrentar la oposición de sectores de la clase política del régimen anterior, que no acepten la subordinación a la nueva normatividad, esto también es una amenaza a la democracia y una tentación a las regresiones del autoritarismo.
Existen tres casos que nos hablan sobre la consolidación democrática:
• Solo cuando hubo una destitución autoritaria fuerte u una reforma normativa e institucional fuerte, inmediatamente después de la alternancia, puede hablarse de consolidación democrática.
• Donde hubo una destitución autoritaria débil y una reforma normativa e institucional fuerte, se experimentan procesos democráticos inciertos y ambiguos, en estos casos puede hablarse de persistencia en el proceso democrático pero no de consolidación.
• La tercera posibilidad es definida por esas transiciones donde la destitución autoritaria fue fuerte pero no así la reforma institucional. En este caso el nuevo régimen persiste, pero pasando por conflictos e inestabilidad de todo tipo.
• En el caso de México tanto la destitución autoritaria y la reforma normativa fue débil, sobretodo por como se dio el proceso de alternancia, que ha sido muy largo y gradual.
Pero fuera de recetas técnicas, lo único que puede consolidar la democracia y su vigencia en nuestra sociedad, es una cultura democrática o bien cultura política de los ciudadanos, esto se traduce en un acuerdo entre diversos actores y sectores políticos, obre lo que menciona Cesar Cansino, “el valor superior de las normas y procedimientos del sistema democrático”.
La sociedad debe cambiar la idea de democracia, que tradicionalmente la asociamos al principio de justicia social, más que con el de igualdad política.