Lo anterior lo manifiesta en uno de sus spots de campaña, donde precisa “yo voy a ser una presidenta con falda, pero eso sí, con muchos pantalones”.
María Elena Álvarez Bernal, secretaria ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres, explica el hecho como sigue:
“La sociedad (machista) sabe que el hombres es el fuerte, el que toma las decisiones, el que no se deja, el que se impone, entonces toda las mujeres creen esto, y los hombres están convencidos de que así debe ser ellos.
Josefina no puede cambiar la cultura de un día para otro, ¿cómo hacerles ver a las mujeres campesinas, obreras, a las de clase media, a las que no pertenecen a grupos feministas que si votan por ella no van a perder, que no va a ser una mujer sin fuerza, que no tenga poder de decisión?
La fuerza se la han visto culturalmente a los pantalones, en este contexto es justificable y explicable que Josefina diga eso, – si todas las mujeres creen todavía que solo el hombre tiene fuerza, pues yo les quiero demostrar que tengo tanta fuerza como ellos, – eso es lo que quiere decir con me pongo los pantalones.”
María Elena Álvarez Bernal, explica que la cultura machista es aquella por la que se ha educado a hombres y mujeres para la complacencia del hombre, hecho que deja sin empoderamiento o poder de decisión y autoridad a las mujeres.
De acuerdo con Álvarez Bernal la cultura machista se lleva a todos los ámbitos de la vida de una persona y los puestos de decisión no son la excepción.
“Cuando una mujer llega a cargos de poder sola, no está empoderada, entonces se empiezan a dejar dominar, no es maldad, no son por naturaleza dejadas, así les enseñaron, a obedecer desde pequeñas y eso mismo se lleva al poder. Entonces si todos sus compañeros son hombres, instintivamente empieza a actuar sometida – los tengo que complacer si no me hacen la vida imposible – ¿cómo fortalecer a esa mujer? esa es la función de los órganos electorales.