Bernardo Hernández/PórticoOnLine
La reciente incorporación de María de la Luz Domínguez al gobierno del estado no es sino el último fruto de una estrategia que le ha reportado buenos dividendos a la administración priista.
En los últimos años el PRI se ha caracterizado por obtener abultados triunfos en los procesos electorales confiando sus postulaciones a figuras políticas de otros partidos.
El caso del gobernador Miguel Alonso, experredista y cuya formación política se debió en buena medida a Ricardo Monreal, y de varios de los integrantes de su gabinete no fue más que el principio. Un primer caso a destacar es el de Guillermo Huizar Carranza quien cambió la dirigencia del PT por la Contraloría Interna del gobierno estatal.
Pasó el tiempo y Huizar renunció a su filiación petista. Luego, ya como funcionario “independiente” fue acusado por el PT de presionar a sus empleados para que votaran por el Revolucionario Institucional. El audio en el que se fundó la denuncia fue bastante difundido en su momento, aunque no pasó nada.
En la pasada Legislatura las diputaciones que no consiguió en las urnas, el PRI las obtuvo en la mesa.
Un ejemplo inmejorable fue el de Benjamín Medrano, quien comenzó el periodo legislativo en la bancada del Partido del Trabajo. Luego, con la definición de candidaturas de ese instituto político a las diputaciones federales vino la ruptura.
Tras un breve paso como diputado independiente, Medrano Quezada se incorporó al PRI y fue candidato de este partido a la presidencia municipal de Fresnillo. Para convertirse en alcalde derrotó a su excompañero de bancada Saúl Monreal.
En los pasados comicios locales para la renovación del Congreso local y de los 58 ayuntamientos, el PRI dio varios golpes similares, aunque se destacaron dos: la incorporación de Claudia Anaya, quien era una de las cartas fuertes del PRD para dicha elección, y la afiliación de Rocío Espinoza Solís, hermana del dirigente estatal perredista, Gerardo Espinoza.
De forma indirecta, el gobierno estatal y el PRI se hicieron de otro aliado con la incorporación al Partido Verde de Cuauhtémoc Calderón Galván, exalcalde panista de la capital. Calderón, otrora férreo crítico de la administración estatal se ha convertido en uno de los votos seguros del Revolucionario Institucional en el Poder Legislativo.
Ejemplos menores, aunque en su momento fueron importantes, también los hay. El exalcalde perredista de Río Grande, Mario Alberto Ramírez Rodríguez, actual jefe del Departamento de Telesecundaria de la Seduzac, quien, según los perredistas, ayudó al PRI a recuperar el gobierno en dicho municipio.
Otro, Miguel Alejandro Aguilar Haro, de breve paso por la Legislatura pasada, en su carácter de diputado suplente, renunció a la bancada de Nueva Alianza y se incorporó al PRI. Ahora cobra en la administración estatal como subdirector de Transporte de la Dirección de Tránsito.