La coordinadora de la misión conjunta de la ONU y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), Sigrid Kaag, dijo hoy que se incumplirá la meta del 30 de junio para la destrucción total del arsenal químico en Siria.
En un encuentro con la prensa tras sostener una sesión en el Consejo de Seguridad, Kaag manifestó que la meta fijada para la misión no será cumplida porque 7.2 por ciento de precursores químicos restantes en el país están en una zona en conflicto de alta volatilidad.
“El plazo no será cumplido”, manifestó Kaag, quien aseguró que desde el momento en que se remueven los materiales químicos del territorio hasta que se completa su destrucción hay un plazo de 60 días.
“Tenemos información de las autoridades de que apenas las condiciones de seguridad lo permitan, la remoción de materiales del sitio sucederá. Información adicional apunta a que esto ocurrirá pronto”, destacó.
Indicó asimismo que se encuentra en comunicación permanente tanto con las autoridades de Damasco como con actores internacionales con influencia en los grupos armados en combate con el fin de que presionen para permitir su remoción.
La representante afirmó que las preocupaciones en torno a la seguridad del convoy que removería el material de la zona en conflicto en Siria son legítimas y sugirió que el retraso no es una excusa esgrimida por Damasco para incumplir con el mandato de su misión.
Destacó que pese a que se incumplirá el plazo fijado para la remoción, se han logrado significativos avances desde el inicio de la misión, hace 90 días, debido a que “casi todo el programa declarado de armas químicas en Siria” ha sido ya destruido o está fuera de peligro.
Manifestó que se han destruido ya mezcladores de precursores químicos, laboratorios móviles, fábricas, almacenes y casi todas las materias primas para crear este tipo de armamento, incluido el agente 2-propanol, que es un componente esencial para elaborar gas sarín.
Por su parte, la coordinadora de la ONU para asuntos humanitarios, Valerie Amos, dijo en rueda de prensa que la violencia en Siria sigue en aumento y que la resolución para exigir a las partes en conflicto permitir la distribución de asistencia humanitaria ha sido incumplida.
“Hemos visto un marcado incremento en el uso indiscriminado de bombas de barril por parte del gobierno, así como ataques de morteros por grupos de la oposición, uso de gases venenosos aparentemente contra civiles y el castigo colectivo de la población”, aseguró Amos.