ZACATECAS. Nadie tiene derecho a pisotear derechos de los demás, expuso Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas, con respecto a la violación de derechos que sufrieron habitantes de Salaverna, al ser desalojados de sus hogares arbitrariamente.
Luego de que la Secretaría General del Estado, no aceptara por su titular, Fabiola Gilda Torres Rodríguez, las observaciones que realizó la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), sobre el desalojo de habitantes en la comunidad de Salaverna, Mazapil, a finales de diciembre del 2016; el obispo expresó que aunque existen muchos intereses de por medio, las instituciones deben respetar el trabajo que realizan cada una.
“Debemos respetar las instituciones que llevan respeto a las personas, para vivir en concreto los derechos humanos”.
Señaló que es una situación muy compleja, en la que no podría dar opinión de quien tiene la razón, sin embargo, hizo un llamado tanto autoridades como a la ciudadanía, para ser conscientes y respetar las instituciones que específicamente se encargan en ayudar y resolver los conflictos que se presentan a los zacatecanos.
Al finalizar, puntualizó que la iglesia en todo momento apoyó a los afectados y ha mantenido sus servicios a los habitantes; y con respecto a la capilla que fue demolida en la comunidad, expuso que ya presentaba graves daños y malas condiciones, que no permitían realizar un ejercicio pleno a las actividades eclesiásticas, por lo que ya se han restablecido los servicios en la nueva Salaverna, espacio en el que se les reubicó a los pobladores.