Aguascalientes.- ¿Sabías que en México 13.4 millones de personas adultas no están satisfechas con sus vidas?, ¿qué factores han provocado estos niveles de desencanto?, ¿cómo se lleva a cabo la medición de estos parámetros?
Gerardo Leyva Parra, director general adjunto de Investigación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), refirió que para ello, de manera reciente se han introducido los estudios de bienestar autorreportado (Biare), un método estadístico que permite determinar el bienestar subjetivo. Lo anterior se desprende de una iniciativa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para que los países comenzaran a generar información sobre este tema.
Al respecto, comentó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt: “La medición de bienestar subjetivo se inscribe en una corriente de pensamiento en el mundo de la estadística oficial y, más allá, en el mundo de la economía de desarrollo para seguir la evolución del progreso de una sociedad de manera más completa, superando las limitaciones en las que se incurre cuando solo se ve el bienestar en términos de la disponibilidad de bienes y servicios, que es, digamos, lo que se mide en el PIB”.
Este movimiento, que a nivel internacional se le conoce como Beyond GDP (Más allá del PIB), se propone entender el progreso social en toda su complejidad, no reducirlo solo a los aspectos que usualmente son los relevantes para los economistas. Para ello se toman en consideración varios elementos, entre ellos cómo está siendo la calidad de vida y la experiencia de vida de las personas.
“¿Cómo saber si las personas están viviendo una vida mejor? Pues, digamos, hay varias maneras: una manera indirecta es ver qué está pasando con su disponibilidad de recursos, los economistas tienden a suponer que en la medida en que alguien tenga más dinero, estará mejor, pero estos son supuestos de la teoría económica. Una manera también de entrar al tema es ir y preguntar a la gente, porque ocurren muchas cosas que están fuera de lo que alcanzamos a ver con información estadística, y difícilmente en ocasiones podemos darnos cuenta de qué es lo que trae la gente adentro”, detalló.
Indicadores de bienestar subjetivo
El promedio de satisfacción con la vida de un mexicano adulto es ocho en una escala de cero a 10, en general es un poco más alto para los hombres (8.0) que para las mujeres (7.9). El bienestar subjetivo es mayor para las personas más jóvenes, y en la medida en que se va avanzando a grupos de personas con mayor edad, el promedio de satisfacción con la vida va disminuyendo, pasando del 8.2 en las personas entre 18 y 29 años, al 7.5 en aquellas que cuentan con 75 o más años.
“En otros países, hay una relación en forma de ‘U’ entre bienestar subjetivo y edad, de manera que llegas al punto más bajo a una edad madura, alrededor de unos 50 años, y luego empieza a subir. Eso no se ve en México, mientras más viejos somos, menos satisfacción tenemos en promedio con la vida”, indicó.
Los resultados del Biare arrojan que hay una asociación positiva entre nivel de ingresos y satisfacción con la vida: el promedio de satisfacción en el decil con mayores ingresos es de 8.6, mientras que en el de menores ingresos es de 7.4; un comportamiento similar, pero menos marcado, se registra en el balance afectivo, en el decil más alto es de 8.7 en emociones positivas y 2.3 en negativas, mientras que en el más bajo es de 8.2 en emociones positivas y 2.9 en negativas.
Los hogares donde se reportan integrantes con adicciones tienen niveles de satisfacción con la vida por encima del promedio nacional: 7.6 en el caso de tabaquismo, 7.1 con respecto al alcoholismo y 6.6 con relación a la drogadicción. Una tendencia similar se observa en las personas que sufren algún tipo de agresión física o amenaza por parte de terceros, pues tienen un índice de satisfacción de 7.2.
Una situación similar viven las personas que no hablan español, el nivel de satisfacción entre las personas que se comunican en alguna lengua indígena es de 6.6; quienes se comunican en lengua extranjera registran un indicador de 7.5.
La gente con acceso a redes sociales reportó un nivel de satisfacción de 8.3, en contraste con 7.8 de aquellos que carecen de estos medios tecnológicos; quienes tienen contacto telefónico con amistades o familiares que no son parte del hogar reportan un índice de 8.2, en contraste con un 7.6 de aquellos que no lo hacen; quienes lo hacen vía textos digitales un 8.3, contra un 7.8 de quienes no lo realizan.
En general, la mayor parte de las personas reporta niveles de satisfacción con la vida relativamente altos, la mayor concentración de las respuestas a las preguntas del Biare se ubican en los niveles ocho, nueve y 10. Este relativo optimismo de los mexicanos encontrado por el Inegi es consistente con un estudio llamado World Happiness Report, que concentra información de 156 países, y donde México se ubica en el lugar 25 en el reporte más reciente, que es de 2017.
(Tomás Dávalos, Agencia Informativa Conacyt)