ZACATECAS. “El verdadero valiente es aquel que no consume drogas”, dijo Pablo Escobar, a su hijo, Sebastian Marroquín, cuando tenía apenas 8 años, este fue uno de los recuerdos que compartió el hijo del máximo líder del cartel de Medellín, en la conferencia titulada “Pablo Escobar: una historia para no repetir”.
En las instalaciones del palenque zacatecano, Marroquín tuvo escenario para compartir los recuerdos y hechos que formaron parte de su infancia cuando su padre era el hombre más buscado de la FBI, aseguró no sentirse afortunado de ser hijo de Pablo Escobar, puesto que a pesar de ser buen padre, se encargó del secuestro y asesinato de miles de colombianos.
Sebastián recuerda haber vivido sus 7 y 8 años de edad escondiéndose de las autoridades, en situaciones precarias y en ocasiones sin tener comida, señala que a pesar de tener millones de dólares a su alrededor, no contaban con la libertad de salir a conseguir alimento.
“Nunca me faltó amor por parte de mi padre”, recordó Marroquín, pues según señala, Pablo Escobar estuvo siempre atento a las necesidades físicas y emocionales de sus hijos, tanto es así que se arriesgó a asistir a la primera comunión de su hijo solo por unos instantes, tuvo que irse después de tomarse la foto del recuerdo debido a que las autoridades colombianas podían llegar en cualquier momento.
Respecto a la suma de dinero, autos, y propiedades que debiesen pertenecer a Sebastián Marroquín, puntualizó que después de la muerte de su padre las autoridades decomisaron las propiedades, además de que el dinero fue retenido tiempo antes de la muerte de Escobar, consideró que el hecho de no tener una herencia le dio la posibilidad de reinventarse como persona.