Redacción Pórtico
Martes 20 de junio de 1995 desde una prisión Raúl Salinas de Gortari escribe:
— ¿Qué pasa allá afuera? ¿Qué dicen de mí? ¿Cómo está la opinión pública?
Estoy completamente aislado, sólo hay gritos y llantos de los segregados o castigados,
al otro de está área.
— Estoy desesperado. Este en cierro, el frío, los rostros fantasmales, los ruidos de rejas.
— Yo no fui, te lo juro, yo no lo hice….
Han pasado 23 años desde que Raúl Salinas de Gortari escribió estas líneas en lo que
denominó “Diario del Infierno de Almoloya” (Editorial Diana). Una serie de estampas en las que narra su reclusión durante más de 10 años en esa cárcel de Toluca, considerada de máxima seguridad hasta que un narcotraficante llamado Joaquín “El Chapo” Guzmán, se desvaneció como un topo por un túnel el 11 de julio de 2015.
En Almoloya (conocido como penal de La Palma o El Altiplano) Raúl estaba preso cuatro años acusado de mandar a matar a su ex cuñado y secretario general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Francisco Ruiz Massieu.
El catálogo contra Salinas incluyó: Pagos a testigos para declarar en su contra, escuchas clandestinas, jueces especiales y hasta la contratación de una vidente cuyas vibraciones de ultratumba le permitieron conectarse con espíritus que ayudaron a investigadores de la PGR a hallar la osamenta del desaparecido diputado Manuel Muñoz Rocha. Aunque en realidad todo fue un montaje contra Raúl Salinas.
La vidente llamada Francisca Zetina, conocida como “La Paca” declaró hace algunos años después de salir de prisión: ”Fui y les dije que en ese lugar había vibraciones negativas. No es un lugar sano. Hay cosas sobrenaturales. El pasto no huele a hierba, y todo está muy misterioso”.
Y así en el México del 8 de octubre de 1996, una practicante del Espiritualismo Trinitario Mariano ayudaba a la justicia mexicana a fabricar cargos contra el ingeniero civil egresado de la UNAM, hijo de Raúl y Margarita y hermano de Adriana licenciada en letras, Carlos economista, Sergio licenciado en sociología y Enrique y Raúl ingenieros civiles.
Raúl y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) fueron los villanos favoritos de un país que en aquellos años se zarandeaba socialmente por el asesinato del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, el crimen de José Francisco Ruiz Massieu, la crisis del peso, el surgimiento del Ejército Zapatista y el arranque del Tratado de Libre Comercio que hoy vuelve a estremecer la economía mexicana.
Durante más 17 años enfrentó acusaciones de lavado de dinero, homicidio y fraude fiscal. Y de todas, salió absuelto. Incluso autoridades en Suiza lo investigaron por más de 12 años y encontraron que tenía repartidos más de 130 millones de de dólares en decenas de cuentas, en una operación para lavar dinero pero en 2008, los suizos dieron carpetazo a la investigación y devolvieron parte de ese dinero a México.
Hoy Raúl regresa a Zacatecas como investigador de la historia mexicana. Pero no es la primera vez que está la capital del estado. El 7 de junio de 1985, fue ponente del “Seminario Nacional sobre el Desarrollo Municipal” organizado por la Universidad Autónoma de Zacatecas en los tiempos en que el rector era Francisco Flores Sandoval.
Raúl tiene bien ensayado el guión. No le gusta hablar de política. Es más sonríe nerviosamente cuando el tema se aproxima a su familia, pero sobre todo a su hermano.
En la terraza de un café en la avenida Pedro Coronel, suelta: — La cercanía del poder y lo que fue mi experiencia con el poder presidencial, fue algo que me rebasó. La cercanía con el poder tiene la particular cualidad —en mi caso— de potenciar mi ego. Hacer que mi proclividad a la soberbia creciera. Creo que el poder amplifica nuestras cualidades y nuestros defectos.
Miércoles 11 de diciembre de 1996. De regreso al diario de Salinas en la cárcel de máxima seguridad:
— Soy el primer interesado en que todos sepan cómo va mi caso y se den cuenta de las irregularidades que existen. Ofrezco el expediente a quien lo quiera conocer.
—La verdad es que muy poca gente se ha ocupado de informarse a fondo, incluso me la impresión de que lo del homicidio, (de Muñoz Rocha), que es por lo que estoy aquí, se ha olvidado.
El Estado no se ocupa, porque no le importa en lo más mínimo investigar quién realmente mató
a Pepe Ruiz Massieu. ¿Quién se benefició de todo esto?…
Volvemos al café en Zacatecas. Raúl Salinas reconoce:
— En mi caso creo que lo que más amplificó (el poder) fue la parte de la soberbia y no ví muchas cosas, que debí haber sido más prudente. Yo había tenido una carrera propia. Había sido funcionario con Echeverría, con José López Portillo, con Miguel de la Madrid me distinguió invitándome con hacerme cargo de un programa de distribución de básicos en las zonas más necesitadas, como director de Diconsa.
—El presidente Salinas, sin ningún mérito mío resultó que era mi hermano, eso me fue colocando en situaciones muy particulares. Por mi trabajo en el sector público yo había tenido mucha relación con los sindicatos, por el trabajo en Diconsa. Y ya siendo hermano del presidente, en algunos casos, me buscaba algún líder y me decía “oiga ingeniero nos daría mucho gusto que nos acompañe usted, vamos a celebrar tal o cual situación del sindicato”.
— Yo pensaba que me invitaban a mi, no me daba cuenta que estaban invitando, torpemente lo reconozco, al hermano del presidente. Y que al presentarme ahí estaba avalando al líder del sindicato y no solo a él, sino al líder particular y probablemente estaba ofendiendo a otros grupos.
Y lo mismo me pasaba con el sector privado . Si alguno de los empresarios me decían “vamos hacer una reunión” pues yo iba con mucha naturalidad y además que no faltaban las voces que me decían “qué gusto de verte, siempre tan sencillo, el mismo de siempre…” ¿cuál iba a ser el mismo de siempre? Me tenían ahí por ser el (hermano del presidente)…yo…Me veían con unos empresarios y a lo mejor no atendía a otros. Cometí descuidos de esa naturaleza, porque el poder presidencial se debe cuidar de una manera muy particular.
Sábado 22 de agosto de 1998 en la celda Raúl escribe:
— Mis abogados están abatidos: contra el Estado no se puede, me dicen. Conviene a la clase dominante que sea el villano favorito “el intocable y el poderoso hermano incómodo”.
Me dicen que el ultimo año, frente a 118 artículos publicados en primera plana de los cinco principies diarios, sólo se publicaron dos réplicas directas de mi parte y doce de la defensa en interiores, lo que en ningún caso supone igualdad y menos derecho a la información.
El encierro de hoy ha sido intolerable. Son las ocho de la noche…
El mayor de los Salinas, originarios de Agualeguas, Nuevo León avance y retrocede en el relato:
— Nunca estuve preparado para el salto de que me tocara tan de cerca el poder presidencial.
Es una cosa distinta. Me consta que el presidente Salinas trabajó intensamente, recorrió el país de arriba abajo y me tocó acompañarlo. A veces dormía en las casas de los campesinos, de los trabajadores o en las colonias populares.
— Además yo en esa administración estuve a cargo del a coordinación de evaluación del Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) y entonces también viví muy de cerca este contacto con las gentes organizadas con el enorme potencial que hay en la sociedad para hacerlo participar y ser corresponsable.
No estoy de acuerdo con los programas de ayuda de dar nada más dinero a la gente, me parece que es contra la dignidad del ser humano y que no provoca la organización y la responsabilidad de la sociedad, es un punto de vista muy personal.
Ya no me queda en esta etapa de mi vida más que ser muy honesto conmigo mismo y cuando tengo la oportunidad de dirigirme a alguien como usted, hacerlo con ese respeto de decirle honestamente lo que pienso.
La charla con Salinas se encamina hacia la política:
— En este contexto del poder se crean también algunas dinastías ¿Es sano para el sistema político mexicano el que se sigan albergando este tipo de dinastías que nacen del poder?
— No soy especialista en política y en ciencia política menos. Lo que he aprendido en estos 20 años de reflexión es que hay que ser muy generoso, en las generalidades. Entonces no me atrevería a responderle porque no soy experto en ciencia política y porque una pregunta tan abierta me resultaría contrario a lo que yo viví.
¿Qué es lo que viví en estos 20 años? Expresiones absolutas, expresiones totales, generalizaciones de problemas muy complejos. La sociedad mexicana es muy compleja. En política no me meto.
— ¿El poder se abandona?
En cuanto a mi cercanía con el poder presidencial, ese se acabó el día que se acabó, punto; nos queda un gran honor para mi y creo que para toda la familia. Defenderé a mi hermano siempre y lo que haya cometido de desaciertos y eso, habrá quien lo vea..
— ¿Y la sociedad mexicana le ha reconocido ese esfuerzo a su hermano?
Yo si lo reconozco, pregúntele a la sociedad y lo platicamos con mucho gusto (risas). No me gusta meterme en política y menos en este tipo de juicios tan totales, soy muy prudente en esto. Tengo 72 años como para volver a meter la pata…(risas)
— ¿Cómo considera esta etapa que estamos viviendo después del 1 de julio?
— Es una experiencia muy positiva y entonces, vamos a creer en la gente ¿Cómo votó la gente? Pues como votó y démosle credibilidad a ese voto y toda nuestra solidaridad y todo nuestro apoyo.
— La elección generó una gran expectativa ¿Qué sucederá si no se satisface?
— ¿Y que sucederá que si se satisface? Estamos especulando. Mejor vamos a dejar que la gente que va a tomar las responsabilidades llegue y se haga cargo, apoyemos y fomentemos que esos 56 o 60 millones de mexicanos que participaron, sigan participando y que sean más en los ejidos, colonias, comités vecinales, en los programas estatales.
Raúl Salinas fue exonerado en 2014 y más de 30 inmuebles que estaban asegurados por la PGR le fueron devueltos por la orden de un juez.
* Fotos: www.raulsalinas.mx