Por Juan Antonio Pérez
Si lo imaginas, es real.
Pablo Picasso
La Ciencia es esa inagotable actividad a través de la cual el ser humano se acerca al conocimiento de la Naturaleza, y en particular el conocimiento de sí mismo. Apenas en agosto 27 de 2018, la prestigiada revista Nature Neuroscience, publicó un artículo que da cuenta de un descubrimiento que confirma lo maravilloso que es la vida humana.
La vida misma es ya un hecho, que sólo admite el calificativo de milagro, desprovisto, por supuesto de todo contenido religioso o místico. Por encima de la vida, en la cumbre de la organización de la materia y la energía, se encuentra la vida humana.
En el trabajo citado, se consigna al hallazgo de neuronas, de un cierto tipo, que se encuentran exclusivamente en el cerebro del homo sapiens sapiens: usted y yo.
Las neuronas, en general, semejan un arbusto otoñal, desprovisto por ello de follaje. Estas nuevas neuronas han sido denominadas metafóricamente como Rosehip (cadera de rosa), pues, a decir de sus descubridores, presenta un aspecto similar al de un rosal “desnudo”. La versión castellana del nombre de estas novedosas neuronas es Rosa Mosqueta, haciendo referencia a una especie de rosal particularmente espinoso y de tallos altamente flexibles.
Es altamente probable que estas células nerviosas sean, en gran medida, las responsables de eso que suele calificarse como “la naturaleza humana”, ya que se encuentran en la capa más externa de la corteza cerebral, zona cerebral que se asocia con la consciencia.
Esta característica, la consciencia, de entiende como la capacidad de reconocer la realidad del entorno e interactuar con ella. Se entiende como una propiedad exclusivamente humana, y dado que, por lo menos hasta ahora no se sabe de otra especie zoológica que posea células como éstas, puede especularse que concentrar “lo humano”.
Las neuronas recién descubiertas son del tipo inhibitorio, es decir, su función es detener la acción de otras neuronas. Por otra parte se conectan fundamentalmente con neuronas piramidales, un tipo de células excitatorias que se encuentran en capas más profundas de la corteza cerebral. Es probable que estos dos tipos de células sean duales y complementarias.
El trabajo tiene 31 autores, siendo el primero de ellos la investigadora húngara Ezster Boldog de la Universidad de Szeged y puede ser consultado por cualquier interesado y sin costo en la web: www.nature.com/articles/s41593-018-0205-2.epdf.
Las Rosas Mosqueta no han sido encontradas en roedores, que son de los seres vivos más estudiados por la Biología, y su búsqueda será iniciada en primates: las especias más cercanas a nosotros. Esperemos.