Por Lidia Medina Lozano
El Patrimonio de la ciudad de Zacatecas alude a sus inmuebles de origen colonial y decimonónico, es el reflejo de la explotación de sus minas desde su fundación y la bonanza económica que originó grandes capitales en familias españolas y criollas o de encumbrados empresarios mexicanos porfiristas o inversionistas extranjeros.
Por su herencia histórica, la UNESCO incorpora su Centro Histórico al registro de Patrimonio Mundial en el año de 1993. Las razones por las que fue incluido se relacionan por sus elementos culturales, sus fachadas barrocas o decimonónicas y su proyección singular de ciudad minera. Desde entonces, Zacatecas se convierte en una ciudad museo, ya que además de tener un significativo número de recintos, los acervos plásticos sobresalen por su variedad y calidad. Para ello, se han acondicionado espacios históricos como antiguos conventos y capillas, residencias palaciegas, antiguos colegios y reclusorios, etc., adecuándolos a las exposiciones que en ellos se exhiben para mostrarlas en estéticas museografías.
El origen de la mayoría de los museos en Zacatecas tiene sus antecedentes en la década de los ochenta, cuando el gobierno proyecta la recuperación económica de la ciudad a través del turismo y la rehabilitación urbana del centro histórico para buscar el nombramiento de Patrimonio mundial de la Humanidad.
Los gobiernos involucrados fueron los gobernadores José Guadalupe Cervantes Corona (1980-1986) y su sucesor Genaro Borrego Estrada (1986-1992); que comprende el periodo de 1980 a 1992, advirtiendo en el patrimonio histórico de Zacatecas, una oportunidad como destino cultural. En estas décadas, se llevaron puntualmente remodelaciones y adaptaciones de viejos edificios coloniales y decimonónicos para albergar museos que resguardaran las colecciones privadas y donadas por los principales artistas zacatecanos como fueron Pedro Coronel y Rafael Coronel.
En la primera etapa de 1980 a 1986 observamos las bases para la proyección del turismo en Zacatecas, un proceso de fuertes inversiones de capital por parte el estado, que consistió en invertir en servicios turísticos, infraestructura urbana y remodelación de edificios a la ciudad, reconstruyendo el nuevo rostro de la capital. Varias intervenciones realizadas a los edificios considerados históricos sufrieron cambios y transformaciones.
Por ejemplo, entre 1984 y 1985 se hicieron varias inversiones y proyecciones a los museos: el equipamiento y mobiliario del Museo Pedro Coronel, integrando la Colección Martens de arte huichol, inaugurando la Biblioteca histórica de Zacatecas y se logró inhumar el cuerpo de Pedro Coronel para traspasarlo al segundo patio del museo; se puso en rescate y puesta en valor el majestuoso exconvento de San Francisco que más adelante se adaptó a Museo Rafael Coronel, se recuperaron algunos predios del Ex convento de San Agustín, se inauguraron el Museo de la Revolución en la Bufa y el Museo Regional de historia con la colección de vehículos y carruajes históricos en el museo de Guadalupe, se restauró el museo Francisco Goitia, el mercado González Ortega y el convento de san Agustín. También se restauró y se hizo la museografía del colegio de San Luis Gonzaga, la restauración del Mercado principal, el remozamiento de la Alameda y la portada réplica del edificio de la caja real en el edificio del poder legislativo.
Una vez terminada la gubernatura de Corona, se dejaron proyectos sin concluir que fueron retomados por el gobernador entrante, lo que el propio exgobernador ha llamado “Doce años ligados de obra”. El siguiente periodo de 1986 a 1996 con Genaro Borrego Estrada, se concluyen puntualmente obras proyectadas por el anterior gobierno y algunas nuevas propuestas que coadyuvaron a las demandas turísticas que el sector demandaba. Con Borrego Estrada se realiza la segunda etapa del museo Pedro Coronel, se remodela el Congreso del Estado, se restaura de manera completa el ex templo de San Francisco, así como los museos la restauración del Francisco Goytia, la apertura del museo Toma de Zacatecas, la rehabilitación del mercado González Ortega y la mina del Edén.
Los resultados de este proyecto fueron reconstruir una identidad cultural, no solo a través de sus monumentos y edificios sino también por sus exposiciones, la ciudad museo se construye a partir del gobierno del estado, logrando con ello que Zacatecas sea considerada una de las principales ciudades con los museos más visitados. Sin embargo, la necesidad que proclama el centro histórico de Zacatecas es que sea una ciudad habitable, no solo una ciudad de museos, esto podrá llevarse a cabo si las nuevas políticas incluyen la activa participación de sus habitantes, que habiten la ciudad y se involucren en las actividades de la ciudad museo.