La Basílica Vaticana fue sede de las exequias por la muerte del cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, quien murió a los 89 años de edad tras una larga enfermedad.
Las exequias se llevaron a cabo en el altar de la catedral. Posteriormente el papa Francisco presidió el rito de la Ultima Commendatio y de la Valedictio.
El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, señaló que la profunda devoción a la virgen del cardenal Lozano Barragán.
“nos lleva a pensar que encontró a la virgen esperándole en el umbral del paraíso y lo condujo de la mano hacia Jesús, introduciéndole en la alegría y la paz sin fin de la visión de Dios”.
Destacó que el mexicano desarrolló con espíritu de servicio e ímpetu inquebrantable su largo ministerio eclesial logrando que muchas personas se sintieran comprendidas y reconfortadas por su sentido de la compasión.
El espíritu que animaba al cardenal Lozano Barragán era siempre el mismo: fe sólida, competencia doctrinal, fidelidad al Magisterio, auténtico ‘sensus Ecclesiae’ y amor a las almas”, recordó.
El cardenal decano concluyó las exequias con una petición a Dios.
Se confía a este amigo y hermano nuestro, implorando el perdón por sus debilidades humanas y rogando que Dios lo acoja en la inmensidad de su amor.”