Código político
Poder sin contrapesos
Por Juan Gómez
Llevamos varios años inmersos en distintas crisis en el país, que van desde la política, económica, de salud, educación y un largo etcétera, pero las que hoy vivimos, de inseguridad, impunidad y cinismo, no tienen parangón en la historia social de México.
Hablar de crisis es un tema recurrente cuando se habla en términos generales, porque nos dicen poco sobre la realidad que impera en el país, en donde los ciudadanos cada vez más, se acostumbran al estado de cosas que les rodea y afecta.
Las estadísticas que publican distintos organismos internacionales y nacionales, nos hablan del gran retraso que estamos viviendo en México, pero a los ciudadanos parece no interesarles, pareciera que les es indiferente, aunque me queda un ápice de optimismo pensar que estoy equivocado.
De acuerdo al World Justice Project (WJP) México cayó en el lugar 115 de 140 países evaluados y se encuentra en la posición 27 de 32 naciones en América Latina, lo que significa el cuarto año de retroceso, en el lapso del gobierno del Presidente López Obrador.
De acuerdo al estudio los factores que más inciden este resultado son orden y seguridad y límites en el poder gubernamental. También se especifica que existe un estancamiento en el combate a la corrupción.
En el citado informe de WJP se observa la tendencia global del deterioro del sistema de justicia civil mexicano y el debilitamiento de los contrapesos no gubernamentales como el de la sociedad civil y la prensa.
No es para menos, en México han sido asesinados 156 periodistas, de los cuales 144 son hombres y 12 son mujeres.
Existe un dato que es importante tomar en cuenta de dicho resultado de homicidios de comunicadores: 47 fueron asesinados durante el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y 36 durante el actual período presidencial de López Obrador.
Pero además durante el actual sexenio presidencial autodenominado de la “Cuarta Transformación” los periodistas mexicanos han sido atacados verbalmente por el Presidente, denostados y descalificados constantemente.
En ningún sexenio se había generado un desprestigio tan fuerte y contumaz como en el actual período.
El Ejecutivo tiene una estrategia muy definida: desprestigia a sus críticos, los descalifica y desprestigia y en cambio, apoya económicamente a sus simpatizantes y a aquellos medios que prefieren callar, autocensurarse incluso, para poder ser favorecidos económicamente con algún convenio publicitario.
En Zacatecas se lleva esta estrategia al pie de la letra, se castiga, desprestigia y persigue a los medios locales que no se alinean al capricho gubernamental y en cambio, se incorpora a la nómina oficial a los aplaudidores y se contrata con migajas a los medios afines que quieren sobrevivir a la crisis económica.
El gobernador David Monreal ha hecho de todo, desde impulsar una lista de medios y periodistas vetados de contratación publicitaria en su gobierno y municipios, hasta de utilizar los medios públicos como el Sistema Zacatecano de Radio y Televisión (Sizart) para intentar desprestigiar a la prensa independiente, a la que responsabiliza de la ola de violencia en el estado y de “lastimar a la sociedad zacatecana”.
El 30 de marzo de este año declaró en una conferencia de prensa que “hay algunos medios de comunicación que se convirtieron en promotores de las organizaciones criminales (…) hay quienes difunden, promueven las escenas del terror de la estrategia del crimen”.
El pasado viernes 21 de noviembre, sin decir nombre del periodista o de la empresa y utilizando a la radio cultural oficial, Monreal Ávila sostuvo que “hay algunos medios de comunicación, los menos, pero hay uno aquí en Zacatecas, uno matutino, de un conductor que todos los días en la mañana se la pasa difamando la función, difamando familias, difamando al gobierno”.
Y comentó a su locutora: ¿sabes cuál es el fondo que me da mucha tristeza? La mezquindad solo por el dinero, porque esa empresa recibía más de 100 millones de pesos en un ejercicio.
El gobernador se refería probablemente a un noticiero que entrevistó al Fiscal Francisco Murillo Ruiseco, quien abordó distintos temas, uno de los cuales tiene que ver con lo que ha trascendido fuertemente en las redes sociales zacatecanas y en medios nacionales, sobre el posible involucramiento de un hijo del mandatario en un pleito afuera de un antro, en el que, a consecuencia de los golpes multitudinarios, un joven perdió la vida.
La narrativa presidencial y la de algunos mandatarios estatales en contra de la prensa y de organizaciones de la sociedad civil, genera el debilitamiento de la protesta y el sometimiento de la crítica que otrora, permitió un contrapeso a las decisiones gubernamentales.
Por otro lado la impunidad en la persecución del delito, las presiones en contra de jueces y magistrados, además de la falta de recursos para capacitación y equipamiento de los centros de impartición de justicia, evita aplicar la ley de manera oportuna y rápida.
En el horizonte inmediato no se ve que este proceso de deterioro institucional, de incapacidad gubernamental para contener el avance de la inseguridad, la corrupción y la impunidad, pueda detenerse.
Los ataques a la prensa continuarán y la narrativa presidencial atrapada en el dogma de un solo hombre, el Presidente de la república, continuará por un período impreciso.
¿Hasta cuándo?
Al tiempo.
@juangomezac