Por Juan Gómez
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Zacatecas se encuentra estancado en una crisis que no haya cómo solucionar, sobre todo después de la represión que sufrieron zacatecanas que participaban en la marcha conmemorativa del Día Internacional de la Mujer en la Plaza de Armas.
No es una exageración apuntar que ríos de tinta han corrido sobre este tema que golpea a la imagen del gobierno zacatecano, tanto en distintos medios de comunicación del país como del extranjero.
Las distintas expresiones feministas organizaron el jueves pasado una marcha para exigir una disculpa pública, pero también para demandar la destitución del secretario General de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, del Secretario de Seguridad Pública, Arturo Medina Mayoral y hasta del gobernador, David Monreal Ávila.
Pero no solamente aquí han corrido las demandas de grupos feministas, también en la Cámara de Diputados y en el Senado de la república, en donde han acogido el apoyo de grupos parlamentarios de oposición y del aliado morenista Partido del Trabajo.
Además de las demandas de destitución y renuncias que se hicieron por parte de legisladores en sendas cámaras en la Ciudad de México, aquí en Zacatecas la LXIV legislatura ha hecho lo propio, pero ha ido más allá:
El pasado martes 12 de marzo en sesión ordinaria, la diputada Yunuen Zulema Santacruz, propuso la revocación de la declaratoria “2024 Año de la Paz en Zacatecas” que había sido aprobada en sesión extraordinaria el 13 de marzo en el congreso zacatecano.
Con 16 votos a favor, cinco en contra y una abstención, la declaratoria enviada por el Ejecutivo del estado quedó derogada.
El argumento de la legisladora fue que “se usó la máxima fuerza pública para amedrentar y agredir a las mujeres que exigieron igualdad y justicia”.
El jueves 14 de marzo el gobernador del estado, David Monreal Ávila, publicó un desplegado firmado por su aparato burocrático que tituló: El gobierno de Zacatecas es aliado de las mujeres.
En dicho documento destaca que “debemos cerrarle el paso a cualquier forma de violencia, odio e intolerancia, para privilegiar la armonía, el respeto y la paz entre hermanas y hermanos zacatecanos”.
Pero de la disculpa… nada.
El sábado 16 del mes en curso el Secretario General de Gobierno publicó una foto en su cuenta de Facebook en la que aparece acompañado por la periodista, Nancy García, quien fue una de las reporteras agredidas y detenidas durante la marcha del 8 de marzo.
Al pie de página, el funcionario escribió:
Hoy me reuní con la periodista Nancy García, a quien ofrecí una disculpa sincera por los lamentables hechos ocurridos el 8 de marzo. Le aseguré que seremos respetuosos de los resultados de la investigación derivada de su denuncia sin ningún tipo de represalia. Muchas gracias Nancy, por tu disposición y apertura.
Así, minimizando la brutal agresión contra las mujeres y violentando sus derechos, en una marcha en la que denunciaban la agresión que sufren día a día y que muchas de ellas, culminan en el asesinato y en la impunidad, fueron violentadas por el aparato de seguridad del estado.
Pero lejos de ofrecer una disculpa y sancionar a los responsables de la agresión, el gobierno de Zacatecas pretende dos cosas: construir un discurso de inclusión (borrón y cuenta nueva) y apostar al olvido.
Hasta el momento, así va el manejo gubernamental, evadiendo su responsabilidad y construyendo un discurso contradictorio que es rechazado por la sociedad zacatecana.
¿Cuál será el resultado de la investigación que hace desde el 8 de marzo la Fiscalía General de Justicia del estado?
¿Quién dio la orden de atacar y agredir, arrastrar a las mujeres y detenerlas?
Al tiempo.
@juangomezac