Por Juan Gómez
En realidad, en muy pocas ocasiones se aborda el tema de la seguridad en los procesos electorales. Nos hemos quedado en el dato, preocupante, de que hasta el momento van 31 candidatos a un puesto de elección popular, que han sido asesinados hasta este fin de semana, previo a las votaciones.
Y esperemos que ya no sucedan más crímenes políticos, ya de hecho muy preocupante y lamentable situación, independientemente del partido al que representen.
En las elecciones del 2021, de acuerdo a datos publicados por El Colegio de México, fueron asesinadas 32 candidatos, lo que hasta el momento es considerado como las elecciones más sangrientas de la democracia en México.
Esto es lo que sucede directamente a los protagonistas de las elecciones en sus distritos y comunidades, lo cual es un reflejo de la debilidad institucional, para garantizar la protección de quienes pretenden representarnos en los congresos, en los gobiernos estatales y municipales.
De acuerdo al seguimiento de TResearch que dirige, Carlos Pena, hasta el sábado 25 de mayo se habían registrado 187, 997 homicidios dolosos en el país, una cifra que supera sustancialmente al sexenio pasado de Enrique Peña Nieto, que obtuvo en seis años, 156, 066 homicidios dolosos.
En el sexenio de López Obrador se ha generado hasta este momento, 94 asesinatos diariamente en promedio.
Respecto a los menores de edad (de 0 a 17 años) que han sido asesinados en este sexenio, la cifra se ubica en 12, 902, de los cuales el 77% son niños y el 23%, niñas.
La proyección que hace TResearch es que al final de este sexenio, se habrán registrado, 199, 748 homicidios dolosos en México, esto es, que cerca de 200 mil personas habrán muerto de manera criminal y violenta durante la administración gubernamental de Morena.
A este comportamiento de los asesinatos habría que agregar la cifra de los secuestros que, hasta este 2024 se han generado en México, y que suman 5 mil 352. El año de 2019 fue el de mayor incidencia, con 1,629 privaciones ilegales de la libertad.
En esta jornada electoral se elegirán a 20 mil representantes de distintos puestos de elección popular en el país, período en el que diez candidatos(as) del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han sido asesinado y cinco del Partido Acción Nacional (PAN).
Este escenario de violencia política es un indicativo muy fuerte de que el crimen organizado está participando en la elección, en el que las mujeres son las más vulnerables y representan el género de mayor declinación en este proceso electoral.
Por ejemplo, en Zacatecas renunciaron 257 mujeres hasta el 30 abril pasado, según lo dio a conocer la presidenta de la Paridad entre los Géneros, del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ), Sandra Valdez Rodríguez, lo que fue desestimado por el propio Instituto y por el Secretario General de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, quienes argumentaron que no era por violencia política de género.
En el estado de Chiapas -un estado envuelto en la violencia- la situación casi duplicó la anterior cifra. El pasado 20 de mayo se informó que 515 candidatos, hombres y mujeres, han renunciado a su postulación por un cargo de representación popular.
El crimen organizado controla distintas porciones territoriales que van desde zonas serranas a las urbanas, lo que ha generado fenómenos como el desplazamiento de personas de sus comunidades, cobro de piso, control de productores y de algunos productos básico como el pollo, huevo, tortilla, aguacate, limones y otros, como la cerveza y el otorgamiento de algunos servicios públicos municipales, como ferias y espectáculos.
El crimen organizado está participando en este proceso electoral, lo que es evidente para ensanchar el control sobre algunos gobiernos municipales, comunitarios y estatales, que les permitan el financiamiento a través de la extorsión y el libre tránsito en rutas de fentanilo y de otros estimulantes ilícitos, así como armamento, tanto al interior como al exterior del país.
Así las cosas en este escenario electoral, en el que no solo la libertad y la democracia juegan un papel preponderante, también la seguridad y el gobierno territorial.
Al tiempo.
@juangomezac