Por Juan Gómez
El gobernador David Monreal Ávila está por concluir su cuarto año de gobierno y entrar en la antesala de su penúltimo año, rodeado de fracaso en su proyecto estelar, la realización del segundo piso o viaducto elevado, con un enfrentamiento con el sector magisterial, distanciado del sector empresarial y con el riesgo de que no se concretice este año la publicación de la convocatoria para la construcción de la presa Milpillas.
A este escenario crítico que mantiene al gobernador ahora morenista en el último lugar de la aceptación social (de acuerdo a distintas empresas que miden la popularidad de los gobernadores del país), se agrega la crisis hospitalaria en Zacatecas a la que Monreal Ávila califica con el simplismo de “cortina de humo”.
En algo tiene razón el mandatario. Su gobierno ha sido una cortina de humo para la expectativa que alguna vez pusieron los zacatecanos en su candidatura.
Muchos de buena fe, otros engañados por la manipulación de la política, creyeron que si el hermano del ex gobernador Ricardo Monreal ganaba la elección, “a Zacatecas le iría muy bien”. Se equivocaron.
El 18 de mayo de 2021, el entonces senador de la república y hoy líder de la fracción de Morena en la Cámara de diputados, Ricardo Monreal, llegó acompañado a Zacatecas por 21 de senadores y senadoras para apoyar a su hermano y decir lo siguiente, luego de leer lo que llamó “El decálogo del terror” en el estado:
Las y los zacatecanos requerimos que al frente de los esfuerzos de nuestro estado, esté una persona con capacidad, con talento, inteligencia, para tocar las puertas del gobierno federal; no hay otra manera.
Era la retórica de la mentira y la manipulación.
El de David ha sido un gobierno rebasado por la frivolidad, la incapacidad para gobernar un estado; la improvisación y la mediocridad acompañada por la superficialidad y la debilidad institucional.
Desde el arranque de este gobierno el mandatario estatal ha mantenido una serie de desencuentros, enfrentamientos con los maestros zacatecanos, a quienes ha engañado en repetidas ocasiones para el pago de salarios y prestaciones, lo que ha generado una serie de movilizaciones, marchas multitudinarias y bloqueos a oficinas gubernamentales y casetas de peaje.
La creciente inseguridad al inicio de su administración fue otro de sus distintivos, pero con la manipulación del “Año de la Paz” intentó enterrar esta etapa que, aunque se han reducido la ola de crímenes, aumentaron las desapariciones a grado tal, que obligó a la Fiscalía General de Justicia del estado, a suprimir la publicación de las fichas de búsqueda en su red social de X.
Este año se manifestó la improductividad de su gobierno al darse a conocer que Zacatecas ocupa el tercer lugar en el decrecimiento en la generación de empleos, de acuerdo a datos proporcionados por el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social). La reducción fue de 3.6% en una medición de mayo de 2024 a mayo de 2025.
Un botón de muestra fue sin duda la fuerte disminución en ocupación hotelera y de consumo en bares y restaurantes en la pasada temporada vacacional de Semana Santa, ante lo cual el gobernador contestó “yo tengo otros números que es la realidad”. Por supuesto que no los ofreció.
En cuanto a la crisis hospitalaria generada por la falta de medicamentos, insumos y personal médico, lo que ha provocado que los hospitales generales de Fresnillo, Zacatecas y el de La Mujer en Guadalupe, estén rebasados para dar atención a los derechohabientes, el gobernador Monreal Ávila simplemente sale con una gracejada al decir que “son cortinas de humo”.
En efecto, su gobierno ha sido eso, una cortina de humo que impide el desarrollo, la estabilidad y el crecimiento de Zacatecas.
Seguirán los fracasos de sus políticas públicas, de eso no hay duda.
Al tiempo.
@juangomezac