“El Estado laico no impone silencios, garantiza libertades”, afirmó la diputada federal panista, Noemí Luna, al salir en defensa del derecho a la libertad de opinar sobre los problemas sociales que aquejan a la población zacatecana del obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló.
Una democracia sólida no teme a las convicciones de su gente, las respeta y las protege, afirmó Noemí Luna, quien celebró que el líder estatal de Morena, Rubén Flores, reculara ante la presión social y rechazo de los propios liderazgos locales y nacionales de su partido que piden su destitución, obligándolo a retirar la demanda que había interpuesto ante el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ).
Asimismo Noemí Luna se sumó a las voces que le exigen una disculpa pública.
La vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (GPPAN) en la Cámara de Diputados aseveró que la intención de callar al jerarca zacatecano por su crítica a la existencia de los “damnificados de la 4T” va más allá de un tema político.
Destacó el hecho se enmarca en la violación del derecho humano de la libertad de expresión para tratar de ocultar la realidad.
“Morena puede intentar callar la crítica, pero no se puede silenciar la realidad”, afirmó la representante popular panista de Zacatecas, quien respaldó la libertad de Monseñor Sigifredo Barceló a expresar su opinión, como cualquier ciudadano.
Ese derecho está garantizado en el Artículo 24 constitucional, que establece que toda persona tiene libertad de convicciones, éticas y de religión. Nadie puede ser coaccionado por manifestarlas, recalcó.
Explicó que, al atacar al obispo, “Morena agredió a más del 92% de la población zacatecana que somos católicos”, de ahí la indignación social generalizada que provocó la denuncia electoral ante el IEEZ, en tiempos que no son de proselitismo y porque no llamó a votar por ningún partido político, sino que hizo una crítica basado en la realidad que todos los días vivimos en Zacatecas, donde sí hay damnificados de la 4T.
Los afectados son todos los sectores ignorados por el gobierno de David Monreal, como las víctimas de homicidios, feminicidios, extorsiones y cobro de piso; las madres buscadoras, los campesinos; y las familias que no cuentan con un sistema de salud como el de Dinamarca, entre otros, concluyó.




























