Los servicios de inteligencia alemanes consideran que la guerra civil en Siria representa un peligro latente para Europa, puesto que el conflicto conduce a la radicalización de grupos de musulmanes en el continente y aumenta el peligro de que se perpetren atentados.
Así se desprende del informe anual de Oficina Federal para la Protección de la Constitución, uno de los tres servicios secretos germanos, que también incluye datos y análisis sobre el potencial de violencia que representan los extremismos de izquierda y de derecha en el país.
“En el centro de la propaganda islamista está ahora la guerra civil en Siria”, dijo hoy el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, durante la presentación del informe.
Según De Maizière, los viajes de ida y regreso a ese país de extremistas islámicos representan un peligro, como ya se vio en el atentado contra el museo judío en Bruselas.
“Ya antes teníamos preocupación de que quienes regresen de Siria perpetrasen atentados. Ahora sabemos que la preocupación no era infundada y lo que era un riesgo abstracto es ahora un peligro concreto”, dijo el ministro.
Según el presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, Hans Georg Maassen, esos viajes a Siria muestran una diferencia importante con aquellos que en el pasado realizaban extremistas a Afganistán.
“Los extremistas que viajaban a Afganistán eran en su mayoría gente que teníamos en nuestro radar y que sabíamos que representaban un peligro potencial. No es el caso de quienes viajan a Siria”, avisó.
En muchos casos, quienes van a ese país de Oriente Medio han pasado, según Maassen, por un rápido proceso de radicalización y no han llegado a ser identificados oportunamente como radicales por los organismos de seguridad.
Según el informe, hasta mayo de 2014 por lo menos 320 islamistas habían viajado de Alemania a Siria con el propósito de participar en los combates contra el régimen de Bachar El Assad o de apoyar de otra manera a los rebeldes.
“Algunos han regresado a Alemania. Personas que han recibido adiestramiento terrorista en Siria o que han participado en combates representan un riesgo cuando regresan”, se recalca en el informe.
La propaganda islamista en torno al conflicto sirio se realiza, según este documento, especialmente en mezquitas de tendencia salafista, en las que se celebran jornadas de beneficencia para apoyar a los rebeldes sunitas en Siria.
Otro canal de la propaganda es internet, donde aparecen mensajes de personas que han participado en los combates o que han sido testigos de crueldades de las tropas de Al Assad con relatos e imágenes que tienden a legitimar la resistencia.
Además, se recurre a mitos islámicos y se apunta a Siria como el escenario de la batalla final, antes del juicio final.
Las personas que regresan de ese país pueden, además de perpetrar o preparar atentados, asumir tareas de propaganda para motivar a otros a sumarse a la “yihad” (guerra santa) en Siria o para asumir una “yihad individual” en Europa.
Los llamados a esa “yihad individual”, que apuntan a la realización de atentados sin conexión directa con alguna organización son bastante frecuentes, se advierte en el informe, que recuerda como ejemplo las bombas colocadas en el maratón de Boston (Estados Unidos).
Entre el extremismo islámico y los extremismos de izquierda y derecha hay una interrelación contradictoria, según el informe.
Pese a la xenofobia e islamofobia de la ultraderecha, sus militantes suelen celebrar el antisemitismo y el antiamericanismo de los islamistas, que también son bien vistos por parte de la extrema izquierda.
Los islamistas, en cambio, reaccionan con indignación a las provocaciones anti-islámicas de la extrema derecha y las toman como legitimación para sus acciones violentas.
Según el estudio, los actos de violencia xenófoba aumentaron el año pasado en Alemania un 20,4 por ciento y los actos violentos perpetrados por ultras de izquierdas se incrementaron en un 26,6 por ciento.