Las dos palomitas azules o doble clic de WhatsApp a modo de “espía” para confirmar que los mensajes son leídos ha causado revuelo entre muchos usuarios, ante la sorpresa de expertos que insisten en que su utilización es voluntaria, casi gratuita, y el servicio permite darse de baja a todo el que quiera.
En las últimas horas Twitter se ha convertido en un hervidero de quejas contra WhatsApp por parte de usuarios que describen la novedad del doble clic de esta empresa, adquirida hace unos meses por Facebook, como una bomba de relojería, aunque otros servicios de mensajería la vienen utilizando tranquilamente desde hace tiempo.
Están proliferando “tuits” de ira, frustración y enfado, aunque también se deja ver la opinión de alguna “tuitera” sentimental que considera positiva la medida.
Es el caso de María López Pérez, que bajo el nombre de @MariaLopez1296, dice que, con las dos palomitas azules puede saber rápido si alguien pasa o no de ella; todo ese tiempo perdido en descubrirlo ahora “lo inviertes en otras cosas”, añade.
La frase #DobleCheckAzul se ha convertido en tema de moda o “trend topic” en Twitter; se leen mensajes como “me irritas tanto como los clics azules de WhatsApp”, y “esto me frustra”, dice @tsiewboon, o se trata de otra prueba de “la batalla diaria de Mark Zuckerberg para violar nuestra privacidad”, dice @rubenspiccionne.
Existen mensajes fatalistas, como “lo del doble clic azul no es más que la segunda fase del malvado plan de WhatsApp para acabar con la humanidad”, dice @Pagongar_96, o “el nuevo tic sirve para quedarte sin amigos, sin pareja y sin familia”, advierte @eva_Gmz, también, sarcásticos: “gracias WhatsApp por evolucionar de esta manera”, comenta Liittle Heaart.
Otros “tuiteros” dan consejos para eludir al “nuevo espía”, por ejemplo, leer los mensajes como notificación sin entrar en la aplicación, y otras opciones que se leen aunque menos cómodas son trabajar desde el modo avión o bloquear contactos.
Expertos consultados por Efefuturo han insistido en que más allá de lo abusivas o no que sean las funcionalidades de WhatsApp cualquiera es libre para mantenerse en el servicio o no y quien no esté satisfecho siempre puede darse de baja.
El profesor, abogado y consultor de estrategia digital Borja Adsuara ha recordado que el uso del servicio es voluntario, nunca obligatorio, y cuando se acepta su uso se hace bajo unas condiciones consentidas y con la opción de desvincularse si a uno no le gustan.
Pese a ello, ha admitido que en las redes sociales están prosperando protestas espontáneas en masa, a modo de revolución francesa, para presionar contra funcionalidades de empresas con políticas consideradas abusivas para la privacidad por una mayoría, y en casos están haciendo recular a muchas de ellas.
Adsuara ha aprovechado para advertir de que muchas veces el problema no está sin embargo en las empresas, sino en “el afán controlador” de muchas personas que exigen a los demás respuestas automáticas; “no tiene nada de malo abrir un mensaje y no contestar en ese momento”, añade el experto.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Internautas (AI), Víctor Domingo, ha insistido en los riesgos para la privacidad de servicios gratuitos, o con precios irrisorios, como WhatsApp, que apenas cuesta un euro al año, ya que el usuario se convierte en “el producto”, sin percatarse normalmente de ello hasta que no surgen situaciones extremas.
En cualquier caso, “quien no esté de acuerdo” con WhatsApp o con cualquier otra empresa en internet, siempre puede darse da baja, ha dicho; “ahora…a ver cuántos lo hacen”, se pregunta con ironía el responsable de AI.
De hecho, borrarse del servicio es precisamente la mejor manera de formalizar todas esas protestas verbales contra el doble clic.