El equipo de transición del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pidió el mes pasado al Departamento de Seguridad Nacional que evalúe todos los activos disponibles para la construcción de un muro y barrera fronteriza, en una solicitud amplia de documentos y análisis.
El equipo también preguntó sobre la capacidad del departamento para aumentar la detención de migrantes y sobre un programa de vigilancia aérea que fue reducido por el gobierno de Barack Obama, pero que sigue siendo popular entre políticos de línea dura sobre la migración.
Las solicitudes fueron realizadas en una reunión del 5 de diciembre entre el equipo de transición de Trump y funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, según un memorando interno de la agencia visto por Reuters.
El documento ofrece un vistazo sobre la estrategia del presidente electo para asegurar las fronteras de Estados Unidos y revertir políticas aplicadas por el gobierno de Obama.
El equipo de transición no hizo comentarios en respuesta a preguntas de Reuters.
Una portavoz del Departamento de Seguridad Nacional y de Aduanas y Protección Fronteriza declinó a hacer declaraciones.
En respuesta a la solicitud del equipo de transición, personal de Aduanas y Protección Fronteriza identificó más de 643 kilómetros en la frontera entre México y Estados Unidos, y un tramo similar en la frontera con Canadá, donde se podrían levantar nuevas cercas, según el documento.
Reuters no pudo determinar si el equipo de Trump está considerando una barrera fronteriza en el norte.
Durante la campaña, el magnate inmobiliario prometió que construiría un muro y ampliaría las vallas en partes de la frontera entre México y Estados Unidos, pero afirmó que no veía la necesidad de hacerlo en la frontera con Canadá.
Un programa por el que preguntó el equipo de transición fue la Operación Falange, un programa de vigilancia aérea que autoriza a mil 200 pilotos de la Guardia Nacional a vigilar la frontera sur por narcotráfico y migración ilegal.
Esa iniciativa una vez llegó a desplegar a 6 mil pilotos durante el gobierno de George W. Bush, pero fue reducida por Obama, medida criticada por algunos conservadores que argumentan que la vigilancia es vital para la seguridad fronteriza.
Sumar 664 kilómetros de cercas en la frontera sudoccidental de Estados Unidos tendría un costo estimado de 11 mil 370 millones de dólares para impedir el paso de peatones y vehículos.