Por Gerardo Martínez Moreno
Javier Hernández mejor conocido como “Chicharito” ha pasado de ser el niño consentido del fútbol a convertirse en un verdadero divo.
El máximo anotador de la selección mexicana hace rato que ya no juega, no anota y parece no importarle. Desde su salida de Leverkusen, Chichagol se ha preocupado más por ser influencer en redes sociales, dar sus opiniones polémicas y escudarse con “Soñar cosas chingonas”. Lejos quedó aquel muchacho que se ganó el cariño del mundo con su garra y pasión dentro del campo.
El ex Real Madrid y Manchester United parece preocuparse más por salir en televisión y causar polémica con sus declaraciones sobre temas políticos que hacer goles. Recientemente firmó con el Galaxy LA de la MLS ¡y vaya que se ha encargado de hacerlo saber! Sale en todas las propagandas e incluso de actor en el programa de Jimmy Kimmel.
“Podría decir que en vez de ir hacia adelante, vamos un poco hacia atrás”, fueron las palabras del jugador de la Selección Mexicana en una entrevista con Jorge Ramos en Estados Unidos. Carlos Albert ex seleccionado nacional y ahora comentarista arremetió contra Chicha tachándolo de cobarde.
Si bien, hoy por hoy el fútbol es un negocio, habemos algunos que aún creemos en los goles de último minuto. Javier Hernández es -ahora- un espectacular colocado en la avenida más concurrida de EUA. Hace (y hará) de todo por desquitar la millonada que le pagan. Hasta parece que ya se le olvidó el video que publicó llorando en llamada con sus papás porque su sueño Europeo había culminado. Esas lágrimas hoy son secadas con dólares americanos.
Ojalá que Chicha tenga más minutos que en Europa porque en el Sevilla no jugó ni de casualidad. Ojalá que se dedique al fútbol que es para lo que se ha formado y se deje de bufonadas. Ojalá que tenga más congruencia con sus palabras y sus opiniones, ¿o qué? ¿A poco cree que ya nos olvidamos de que fue amiguito de Peña Nieto?