En México el Día de la Libertad de Expresión se remonta a los tiempos de Benito Juárez García, quien fuera presidente de México aproximadamente a mediados del siglo XIX, y quien legisló para que los mexicanos se expresen libremente, derecho que no se respetó durante El Porfiriato (de 1876 a 1911).
La libre manifestación de las ideas fue consagrada en los artículos 6º y 7º de la Carta Magna por el gobierno que encabezó Miguel Alemán Valdés, titular del Poder Ejecutivo de 1946 a 1952, quien estableció el 7 de junio de 1951 como el Día de la Libertad de Expresión en México.
Luego, Luis Echeverría Álvarez, presidente de la República de 1970 a 1976, en 1976, sumó a esta celebración la entrega, en dicho día, del Premio Nacional de Periodismo a los más destacados miembros de la prensa por sus trabajos desarrollados durante el año anterior en los diversos géneros periodísticos.
La libertad de expresión es un derecho humano básico, constitucional, fundamental: inherente y necesario a la naturaleza humana, es un catalizador de voluntades y un mecanismo represor de violencias físicas, y contribuye al ejercicio de otros derechos y libertades fundamentales como la libertad de prensa, los derechos de reunión, de asociación, de petición y de participación política.
La limitación de la libertad de expresión impide al individuo expresar sus propias ideas y evita que la información necesaria llegue al interesado para la toma adecuada de decisiones.
La lucha por la libertad de expresión corresponde a todos, ya que es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo. Respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de palabra.
Sin embargo, el establecimiento del Día de la Libertad de Expresión sigue siendo un tabú, pues no siempre se pueden manifestar las ideas.
Los más afectados son los periodistas quienes, al ejercer su derecho de libertad de expresión, han perdido la vida.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) ha declarado que esta fecha tiene el fin de recordar que los gobiernos de los países deben respetar sus compromisos de la libertad de palabra, de información y de expresión, aboliendo cualquiera de las medidas que restringen estas libertades.
A lo largo de la historia de México, las relaciones entre la prensa y el gobierno han sido muy complejas, contradictorias y costosas.
En nuestro país, además, la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico ha afectado la libertad de expresión que poco a poco se había ganado en la República y, con ello, los derechos humanos han sido vulnerados.