- Autoritarismo y arbitrariedad.
- Se pisotean los derechos laborales.
- Esconden una crisis financiera
Por Juan Gómez
Enero y febrero han sido meses difíciles para la actual administración en lo político, económico y social, que golpea fuertemente no solo la imagen del gobierno de Miguel Alonso Reyes, sino a su relación con la sociedad zacatecana.
Los operadores políticos –si es que existen- y los asesores del mandatario estatal, no lo han prevenido de las consecuencias, por ejemplo, de imponer a los trabajadores y empleados del Instituto de Seguridad Social y Servicios para los Trabajadores al Servicio del Estado de Zacatecas (ISSSTEZAC) que hagan efectivo los bonos de despensa en las tiendas y farmacias del instituto, cuando dicha compensación económica es una conquista sindical.
El menosprecio a la dignidad y derecho de los trabajadores por parte de la dirección del instituto a cargo de Artemio Ultreras, y el pisoteo tanto de sus derechos laborales como de su dirigencia sindical, levantan protestas y enconos que van creciendo por la imposición de esta medida arbitraria.
La filtración de cartas y llamadas a los medios de comunicación solo son el botón de muestra del descontento colectivo de los trabajadores, tanto del Issstezac como de otras dependencias, quienes además sufren las amenazas de despidos y la separación de su fuente de empleo bajo la política de los “despidos voluntarios”.
Ante la violación de los derechos de los trabajadores y empleados del ISSSTEZAC, el gobierno estatal sería sujeto de una demanda laboral colectiva que incluso, podría trascender el ámbito estatal, pero la insensibilidad de Artemio Ultreras es tan grande que no puede entender el conflicto político laboral en el que ha sumergido al gobernador Alonso Reyes.
Para colmo de males las tiendas Issstezac proporcionan un pésimo servicio y además sus productos son de mala calidad, escasos y los más caros en el mercado, en tanto que las farmacias de este instituto han elevado groseramente sus precios y representan un golpe severo para la economía de quienes consumen en esos establecimientos.
¿Y qué decir de los intereses que aplica el instituto cuando algún trabajador solicita un crédito?
Son las tasas de interés más caras del mercado, cuando se supone que los servicios de la institución deberían contribuir a mejorar la economía familiar.
El problema de fondo en el Issstezac es el ocultamiento de una crisis financiera que golpea los servicios de la institución y que seguramente, está poniendo en serio riesgo la viabilidad financiera y su capacidad para garantizar la salud económica del sistema de pensiones y jubilaciones.
Pero lejos de implementar medidas de ajuste, de austeridad y saneamiento en sus finanzas mediante la desincorporación de servicios obsoletos y de mala calidad, se pretende montar arbitrariamente en los hombros de los trabajadores y trabajadoras, la carga del financiamiento del instituto.
El director Artemio Ultreras no va a tomar medidas de saneamiento económico y modernización de hoteles, centros recreativos, boliches, farmacias y tiendas, porque no tiene la experiencia del manejo empresarial ni de recursos humanos.
Su trayectoria laboral está fincada en el magisterio y sobre todo en la política, mientras que los directivos, son del mismo perfil del responsable de garantizar los derechos laborales y el retiro de los trabajadores al servicio del estado.
El perfil del director del Issstezac ha provocado que la institución lejos de cumplir con su función de ser un garante del respeto de los derechos de los trabajadores y sobre todo, garantizar el retiro de los trabajadores para vivir su jubilación sin sobresaltos, sin angustias, sin incertidumbre, se ha convertido uno de los enclaves de operación política del director, quien de esa manera pretende garantizar su permanencia en la cercanía del Ejecutivo del estado.
Empero las acciones autoritarias y arbitrarias lejos de favorecer a la economía de la institución, generan descontento y coraje en contra de la actual administración, lo que además constituye un error puesto que la medida se aplica en un escenario electoral estatal en el que, por supuesto, Ultreras tiene aspiraciones políticas.
Los trabajadores del Issstezac están solos en la defensa de sus derechos, puesto que la dirigencia del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado, Municipios y Organismos Paraestatales (Sutsemop) a cargo de Armando Moreira, es un cero a la izquierda en la interlocución con la dirección del instituto en mención.
Ni siquiera le abren la puerta en la dirección general.
El desdén y el menosprecio es evidente.
Es por ello que los trabajadores han recurrido al único medio en el que se puede oir su voz, su problemática, su denuncia: la prensa local.
El gobernador Miguel Alonso aún está a tiempo de remediar esta situación, porque sus asesores y operadores políticos -¿cuáles?- jamás lo harán.
De no retirarse la medida, el encono subirá de tono y rebasará a la autoridad y a una dirigencia sindical ausente, sin presencia, medrosa y titubeante en la defensa de los derechos de sus agremiados.
Al tiempo.