Segunda Parte
Por Juan Gómez
La alianza PAN-PRD que por primera vez se realizó en Zacatecas evidenció que son más fuertes los lazos y los intereses entre algunos políticos “opositores”, que los liderazgos formales de una oposición dividida, endeble y carcomida por los apetitos particulares de algunos de sus actores.
No hubo jamás unidad entre los actores políticos y por tanto, tampoco una estrategia que unificara a estas dos expresiones de la izquierda y derecha zacatecana. También se careció de un discurso coherente que se identificara con el electorado y que cuestionara fuertemente a la actual administración.
Cada uno de sus respectivos candidatos construyó su estrategia, cada una de las expresiones intentó tejer una política de comunicación social y también, cada uno de los liderazgos –incluidos los nacionales- trabajó de manera dispar.
Curiosamente el partido que se esforzó más en unificar en los hechos la coalición electoral fue el Partido de la Revolución Democrática, cuya dirigencia y aspirantes intentaron jalar a los candidatos y al grupo dirigente panista, pero este último solo aparentaba presencia en algunos mítines y conferencias de prensa conjuntas.
Los casos más simbólicos, pero no los únicos, fueron sin duda los municipios de Zacatecas y Guadalupe con sus respectivos distritos.
En Zacatecas, por ejemplo, el candidato de la coalición PAN-PRD Fernando González Bueno careció de vigor, empuje y discurso en su campaña proselitista que parecía ir en solitario.
La inacción y una deficiente estrategia de comunicación fueron sus distintivos, pero además, fue bloqueado en el arranque de campaña, al ser impugnada su candidatura por el “perredista” José Narro Céspedes, quien hasta el último momento decidió retirar el recurso interpuesto.
González Bueno fue inicialmente apoyado por el diputado federal José Isabel Trejo Reyes pero el apoyo del político panista no se mostró en los hechos.
En Guadalupe el caso es distinto pero hay aspectos que denotan por lo menos “falta de trabajo” en el candidato Rafael Flores Mendoza.
Flores Mendoza no hizo campaña y su equipo careció de una estrategia pie a tierra y en medios de comunicación.
El alcalde guadalupense con licencia prefirió guardar silencio y quedarse de brazos cruzados ante los ataques teledirigidos desde el congreso, en donde le espetaron en la cara irregularidades en la deuda municipal.
El presidente municipal que más recursos gestionó para el municipio que gobernaba, el que más obra hizo en su período, con su silencio e inacción entregó la plaza al Partido Revolucionario Institucional para que pudiera llegar al congreso Araceli Guerrero Esquivel, ex alcaldesa de Villa García y con nula presencia en Guadalupe.
El otro factor que sin duda influyó en la derrota de Gerardo Romo Fonseca fue sin duda el asesinato de su coordinador operativo, su estratega y operador electoral, Aquiles González Mayorga, cuyo crimen constituyó sin duda un golpe al centro que dejó abatido al perredismo guadalupense, generando ondas concéntricas de temor, miedo y presión.
La alianza no funcionó. El recuento de los daños que hace Fernando González Bueno evidencia parte de las traiciones al interior del panismo zacatecano, pues el ex candidato a la alcaldía capitalina desnuda las “deslealtades” de quienes impulsaron su candidatura.
Es claro que la interlocución no está en la cancha de Arturo López de Lara, dirigente estatal blanquiazul, sino en otro lado.
José Narro Céspedes es otro de los triunfadores en las pasadas elecciones. Su esposa Eugenia Flores llegará a la LXI legislatura por la vía plurinominal y su candidato Constantino Castañeda, se hizo de la alcaldía en Río Grande por la vía priista.
Además, es otro de los interlocutores que actuará dentro del perredismo zacatecano y que en un tiempo no muy lejano, intentará nuevamente hacerse del control de la dirigencia.
La alianza PAN-PRD obtuvo 16 presidencias municipales, 16 sindicaturas, 20 contralorías municipales, 90 regidurías de mayoría relativa y 72 de representación proporcional; además de cuatro diputaciones de mayoría relativa y cuatro plurinominales.
En la próxima LXI legislatura conformarán el grupo parlamentario “Rescatemos Zacatecas” que intentará ser un contrapeso del Ejecutivo del estado y una oposición responsable, según dieron a conocer en conferencia de prensa el pasado 16 de julio los dirigentes de Acción Nacional, Arturo López de Lara y del Partido de la Revolución Democrática, Gerardo Espinoza Solís.
Pero los buenos deseos de ambos líderes partidistas se enfrentan a edificios agrietados, divididos, en donde los intereses políticos están en otra cancha, en otra esfera, en otros ámbitos de gobierno, en otros intereses particulares.
¿Habrá futuro de una alianza partidista en este escenario?
Al tiempo.