- Los Errores del rector Silva Cháirez
- Necesario cambiar método de elección
Por Juan Gómez
El tema magisterial y universitario siempre ha tenido un comportamiento álgido en Zacatecas, producto de las etapas que han vivido estos sectores en los procesos sociales y políticos del estado, pero hoy la Universidad Autónoma de Zacatecas registra uno de sus momentos más álgidos y riesgosos, pero también una etapa de oportunidad.
Sin embargo el actual rector de la Máxima Casa de Estudios Armando Silva Cháirez, no ha tenido la visión y menos aún, el valor de enfrentar este proceso en la vida universitaria, que se ha complicado por la escasez de recursos económicos para poder administrar una institución que ha crecido desproporcionalmente en el estado.
“Ex rector por un solo día” el ingeniero Armando Silva Cháirez decidió establecer interlocución con la dirigencia del Sindicato de Personal Académico de la UAZ (SPAUAZ), pero margina la comunicación con un vehemente líder del Sindicato de Personal Académico que, en esencia, demanda lo mismo: transparencia en el manejo de las finanzas institucionales, reducción de una abultada nómina y de sueldos a funcionarios universitarios.
El SPAUAZ decidió mediante plebiscito no estallar la huelga en la Universidad Autónoma de Zacatecas “Francisco García Salinas”, puesto que el 53 por ciento de los docentes votaron en contra de colgar las banderas rojinegras y en cambio, la asamblea del STUAZ, decidió por unanimidad estallar la huelga a partir de las nueve de la noche de este miércoles 11 de septiembre.
La situación por la que atraviesa la institución universitaria no es nada fácil y además no es la única institución de educación superior que tiene problemas de financiamiento, pero la forma en cómo se ha generado esta problemática y el manejo de la crisis, ha sido desastrosa desde el punto de vista de dos aspectos que son importantes:
1.- El rector no ha utilizado los causes formales e institucionales para formalizar la comunicación con las autoridades hacendarias y educativas.
2.- Utilizó prematuramente la última carta que le queda a cualquier funcionario o gobernante para resolver una crisis: la renuncia.
En el primer caso el ingeniero Armando Silva Cháirez lejos de procurar el apoyo del gobernador Miguel Alonso Reyes y de los diputados federales y de los senadores zacatecanos, optó por el apoyo del político José Narro Céspedes, quien se ha encargado de abrirle algunas puertas en la federación, pero que no representa formalmente ninguna instancia académica y en este momento tampoco ostenta una representación legislativa.
La mediación de Narro Céspedes dibuja de cuerpo entero los fuertes intereses que mantiene al interior de la UAZ, en donde sentó sus reales durante el sexenio del entonces Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari y cuya relación con Raúl Salinas de Gortari permitió que su corriente académica ABCD, llegara a la rectoría durante la administración de Genaro Borrego Estrada, como ya se ha comentado en otras ocasiones.
Todos los gobernantes declaran públicamente su solidaridad y preocupación por la Universidad, aunque en los hechos no compartan algunas medidas institucionales o liderazgos, porque pulsan que les reditúa políticamente.
Pero ese factor no ha sido aprovechado por Silva Cháirez, quien se dejó seducir muy fácilmente por el fundador del Frente Popular de Lucha de Zacatecas y hoy, uno de los políticos más influyentes al interior del Partido de la Revolución Democrática en Zacatecas.
En el caso de la renuncia el rector aparentemente tomó por sorpresa a quienes le acompañaron en la conferencia de prensa en la que dio a conocer la situación financiera de la institución, ya que intempestivamente extrajo un segundo documento que entregó al secretario general de la Universidad, Cuauhtémoc Rodríguez Aguirre, que contenía su petición de renuncia al Consejo Universitario, el cual la desechó en tan solo 24 horas.
El rector empezó por el final. En las crisis institucionales la renuncia es el último recurso y el ingeniero Silva Cháirez evidenció falta de entereza y templanza para enfrentar y afrontar una crisis financiera en la institución académica que representa.
La Universidad Autónoma de Zacatecas hoy está en una huelga general y tampoco está haciendo nada para resolver el conflicto, puesto que no ha establecido comunicación institucional o patronal con la dirigencia del STUAZ.
Lo que hemos observado en la forma de atender los conflictos universitarios es el silencio, es callar ante los problemas que se generan en la comunidad universitaria, pero hasta el momento no hemos observado decisión, determinación y menos aún, transparencia en el manejo de la administración universitaria.
La falta de decisión y liderazgo podría generar una crisis mayor en la Universidad Autónoma de Zacatecas, en donde es evidente que no se aprovecha la coyuntura para iniciar los cambios que requiere la institución en su administración, gobierno y en la elección de sus autoridades, incluido el rector.
La UAZ ya no puede continuar con su sistema para elegir a su rector, puesto que se ha contagiado de los vicios de las elecciones políticas, lo cual ha generado problemas de legitimidad, cacicazgos, tráfico de influencia, opacidad en el manejo de las finanzas institucionales y hasta denuncias en la compra de voto, así como un creciente voto corporativo desde hace ya varios años.
Es necesario enviar una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la institución que sea aprobada por el Consejo Universitario y después enviada al congreso estatal, si es que se desea que la UAZ mantenga su viabilidad institucional.
Al tiempo.