Los científicos hallaron los restos de lo que llaman el “pollo del infierno”, un dinosaurio de unos 225 kilogramos con garras afiladas que merodeó por Norteamérica hace unos 66 millones de años, según un artículo publicado hoy por Public Library of Sciences (PLoS).
“Era un animal de rapiña gigante con la cabeza como la de un pollo y, presumiblemente, plumas”, afirmó Emma Schachner, de la Universidad de Utah (EU.) y coautora de un nuevo estudio sobre el dinosaurio.
Según Schachner y sus colaboradores, el animal, bautizado como Anzu wiliei, alcanzaba una longitud de hasta 3,35 metros y “realmente hubiese espantado encontrárselo en el camino”.
Matt Lamanna, del Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh (Pensilvania), dijo que “en broma le llamamos ‘el pollo del infierno’ y creo que es un nombre muy apropiado”.
El nombre científico asignado junta la palabra “anzu”, el demonio parecido a un pájaro en la mitología de Mesopotamia, y “wiliei” por un niño llamado Wylie que es muy aficionado a los dinosaurios y es el nieto de un miembro de la junta fiduciaria de los Museos Carnegie.
Los científicos hallaron tres esqueletos parciales del dinosaurio -que conforman casi un esqueleto completo- durante una excavación en el nivel superior de la formación rocosa Hell Creek, en Dakota del Norte y Dakota del Sur.
El área es conocida para los paleontólogos por la abundancia de fósiles de otros dinosaurios como el Tiranosaurio rex y el tricerátops.
Hans Dieter Sues y Tyler Lyson, del Museo de Historia Natural, del Instituto Smithsonian en Washington, que participaron en el estudio, describen al Anzu como el mayor oviraptosaurio hallado en América del Norte.
El término significa, literalmente un saurio que roba huevos, y designa a un grupo de dinosaurios estrechamente vinculados con las aves y que, a menudo, mostraban extrañas crestas sobre su cabeza, parecidas a la del casuario, un ave de Nueva Guinea y Australia, que no vuela y está relacionada con el emus y el avestruz.
Anzu es, asimismo, uno de los oviraptosaurios más jóvenes conocidos, es decir, que vivió muy cerca del período de extinción de los grandes dinosaurios.
Los científicos creen que el Anzu tenía garras largas y afiladas, y era omnívoro, y que principalmente comía vegetación, animales pequeños y los huevos de otros animales.
Schachner dijo que dos de los especímenes ahora en exhibición muestran señales de patología: uno al parecer incluye una costilla fracturada y curada y el otro muestra alguna forma de trauma en un dedo de la pata trasera.