Al menos 18 personas murieron, 11 de ellos niños, y otros 50 resultaron heridos en dos atentados, por separado, con coches bombas en la provincia central de Hama, reportó la televisión estatal siria.
La emisora señaló que los ataques tuvieron lugar este viernes en Jabreen y Humayri, dos comunidades que están bajo el control del gobierno y la mayoría de sus habitantes pertenecen a la secta alauita del presidente Bashar al-Assad.
Según la agencia oficial de noticias SANA, las explosiones también han dejado enormes pérdidas materiales.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, señaló por su parte que los activistas opositores contaron al menos 15 muertos por las explosiones.
El ataque se produjo días después de que decenas de personas murieron en las explosiones en zonas controladas por el gobierno de la ciudad central de Homs.
Hama fue escenario de las mayores manifestaciones contra el presidente Al-Assad en los primeros meses del levantamiento de Siria después de marzo de 2011, pero meses después las fuerzas de seguridad irrumpieron en la ciudad y tienen el control desde entonces.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la responsabilidad por los atentados, pero el Frente Nursa, rebeldes vinculados a la red al-Qaed, ha reivindicado la autoría de varios atentados con coches bomba en las últimas semanas.
La violencia en Hama se produce mientras el gobierno de Damasco somete a las zonas controladas por los rebeldes en la ciudad norteña de Alepo a intensos bombardeos para tratar de expulsar a los insurgentes.
Apenas ayer jueves, al menos 33 personas murieron en un ataque aéreo en un mercado en el distrito norte de Halac de la ciudad de Alepo.
Al menos 150 mil personas han muerto en la guerra civil de Siria, que comenzó en marzo de 2011 como protesta contra el régimen de Al-Assad.
Los ataques siguieron al anuncio que lunes pasado hizo el presidente al-Assad, de que buscará un tercer mandato en las elecciones del 3 de junio, desafiando a los opositores que exigen su salida para permitir una solución negociada al conflicto.