Al menos 33 presos fallecieron la madrugada del viernes en una cárcel del estado de Roraima, en el norte de Brasil, cinco días después de que una sangrienta venganza entre facciones dejara 56 muertos en un presidio de Manaos, informó el gobierno del estado.
“La Secretaría de Justicia y Ciudadanía informa que en esta madrugada (día 6) fueron registradas 33 muertes en la Pamc (Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo)”, indicó el gobierno de Roraima en un breve comunicado, precisando que la situación está ahora “bajo control”.
La policía se encontraba en el presidio identificando las causas, pero las primeras informaciones apuntan a que no se trató de un motín, sino de una acción rápida de un grupo de reclusos, en menos de una hora, según informó la asesoría de comunicación del gobierno local.
Por el momento, no se habían encontrado armas de fuego en la prisión y la mayoría de los asesinatos fue cometido con armas blancas, añadió la portavoz.
No es la primera vez, sin embargo, que el mayor presidio de este estado fronterizo con Venezuela registra incidentes en los últimos meses. En octubre, diez presos murieron en la Pamc tras un enfrentamiento entre facciones.
Este nuevo incidente ocurre apenas cinco días después de que una rebelión en el vecino estado de Amazonas dejara 56 muertos, en la segunda mayor masacre registrada en una prisión brasileña.
La rebelión Complejo Penitenciario Anisio Jobim (Compaj) de Manaos se desató el domingo por la tarde tras un choque entre dos grupos criminales que se disputan el control del narcotráfico: el Primer Comando de la Capital (PCC), originario de Sao Paulo, y el grupo local Familia del Norte (FDN).
Con 622 mil personas privadas de libertad -en su mayoría jóvenes negros-, el gigante sudamericano tiene la cuarta mayor población penal del mundo, por detrás de Estados Unidos, China y Rusia, según datos oficiales.
A nivel nacional, la tasa de ocupación de las prisiones es del 167 por ciento y un informe del ministerio de Justicia estima que habría que aumentar las plazas en un 50 por ciento para solucionar el problema.
Este jueves, el gobierno brasileño anunció las grandes líneas de su nuevo Plan nacional de seguridad, con la construcción de nuevas prisiones en cada uno de los 26 estados, más el Distrito Federal, del país.
Más de un preso por día murió de forma violenta en las cárceles brasileñas durante 2016, según datos recogidos por la prensa local.