La ola de frío polar que se abatió en Roma en los últimos días congeló el agua en una de las fuentes de la Plaza de San Pedro, convirtiéndola en una atracción para turistas y curiosos.
La mañana de este día el peculiar fenómeno, que provocó la creación de curiosas estalactitas, atraía la atención de los paseantes que le tomaban fotografías o se tomaban “selfies” (autofotos) para inmortalizarlo.
Las bajas temperaturas romanas, que llegaron hasta los dos grados bajo cero en este fin de semana, provocaron la preocupación del Papa Francisco, quien ordenó la apertura continua de los dormitorios para indigentes que dependen del Vaticano.
Tres estructuras extendieron sus horarios de atención, que normalmente se limita sólo a la noche, para ofrecer a los “sin techo” café, té y algo de comida.
“En estos días de tanto frío pienso y los invito a pensar en todas las personas que viven en la calle, golpeadas por el frío y muchas veces por la indiferencia”, dijo Francisco la víspera, durante su bendición con el Angelus, asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico.
“Por desgracia algunos no sobrevivieron. Recemos por ellos y pidamos al señor que nos caliente el corazón para poder ayudarles”, agregó ante una multitud congregada en la Plaza de San Pedro.
Mientras tanto, obreros del Vaticano ya trabajan en el desmontaje de los adornos navideños monumentales ubicados en la misma Plaza de San Pedro. Se trata de un nacimiento gigante realizado por un artista de Malta y un abeto rojo de 25 metros de altura.