La huelga general de 48 horas que convocó la oposición venezolana entró este jueves en su segundo día con calles desiertas, en un esfuerzo por detener la Asamblea Constituyenteimpulsada por el presidente Nicolás Maduro.
El paro cívico cumplió las primeras 24 horas, después de una jornada que dejó tres muertos, según confirmó la Fiscalía General.
El miércoles murieron en las manifestaciones dos personas en la región andina de Mérida, Enderson Caldera, de 23 años, y Rafael Vergara, de 30 años. Además, en el barrio popular de Petare, en el este de Caracas, murió un adolescente, de 16 años, después de ser herido en una protesta.
Las protestas contra el Gobierno, que comenzaron el 4 de abril pasado, llevan ahora un saldo de 103 víctimas fatales.
En la primera jornada de la huelga las calles en Caracas se mostraron desiertas, especialmente en el este de la capital, con barricadas en muchas vías que impedían el paso.
Unas 171 personas fueron detenidas en varias regiones del país, según dijo la organización defensora de derechos humanos Foro Penal.
Pese a que la oposición calificó con exitoso el primer día de huelga, en una jornada a la que se sumó el transporte público, el Gobierno replicó que la clase obrera se anotó una victoria.
Al respecto, destacó que el Metro de Caracas operó con normalidad, pero con menos pasajeros de los que traslada a diario.
“Que el silencio siga hablando contra el fraude madurista en todo el territorio nacional, en el segundo día de paro en Venezuela. Queremos soluciones”, dijo el líder opositor Henrique Capriles.
A la vez, el líder de la bancada opositora en la Asamblea, Stalin González, destacó que la huelga busca que se “respete la voluntad del pueblo y detengan el fraude constituyente”.
Pese a la presión, Maduro recalcó que continuará adelante con su proyecto y que los 545 miembros de la Constituyente serán elegidos el domingo. Dijo que los venezolanos se “cobrarán la factura” de la ola de violencia en el país, de la cual responsabiliza a la oposición.
A su vez, la oposición insiste en su intento de detener la elección, alegando que se trata de un fraude constitucional que busca imponer una dictadura.