La farmacéutica AstraZeneca ha difundido detalles de la tercera fase de los ensayos clínicos de su vacuna contra el coronavirus, que desarrolla en colaboración con la Universidad de Oxford, después de que al menos dos pacientes han mostrado efectos negativos en el sistema neurológico sin alguna explicación aparente.
La aparición de estos síntomas inesperados en dos mujeres que recibieron su vacuna experimental en el Reino Unido, obligó a la empresa a detener sus pruebas en dos ocasiones, la segunda a principio de este mes.
En su informe, la empresa, con sede en Cambridge, señaló que “una revisión independiente” determinó que en ambos casos “se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna”.
Sin embargo, una segunda participante enfermó después de una segunda dosis de la vacuna, obligando a detener de nuevo los ensayos el pasado 6 de septiembre. AstraZeneca afirmó que su diagnóstico no había sido confirmado, pero una fuente anónima familiarizada con la situación aseguró al periódico neoyorquino que la enfermedad había sido identificada de nueva cuenta como mielitis transversa
Los expertos están mostrando preocupación ante una posible falta de comunicación entre los voluntarios que se han prestado para realizar los ensayos clínicos y la empresa, alertándoles de las enfermedades que estaban contrayendo estos casos. Por ello, la empresa ha asegurado su intención de aumentar la transparencia acerca de sus investigaciones.