Por Juan Gómez
Quizá no existan las palabras para describir lo que está sufriendo Zacatecas, una entidad que ha sido escenario de distintas conflagraciones que van desde la guerra de independencia, la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera, pero que en la actualidad, vive una “Guerra del Narco” sangrienta, a la que las autoridades civiles han sido incapaces de contener.
La semana pasada se registraron una treintena de asesinatos, pero lo más dantesco, fue el escenario de diez cuerpos colgados en un puente del municipio de Ciudad Cuauhtémoc, actualmente gobernada por Morena, en donde civiles fuertemente armados y con un despliegue inusitado de fuerza, sacaron de sus hogares a muchos hombres a los que después torturaron, asesinaron y colgaron de un puente.
El estado de Zacatecas es prácticamente una ínsula en el desarrollo regional del centro norte del país, en donde sus vecinos tienen un mayor crecimiento industrial y comercial, lo que ha propiciado que sea la entidad federativa de esta región que registra la mayor expulsión de migrantes especialmente hacia Estados Unidos.
La alta migración del estado ha propiciado que muchas comunidades se queden prácticamente sin habitantes, pues muchas generaciones han ido saliendo en busca de mejores oportunidades de desarrollo para sus familias, condiciones que no les han procurado sus gobiernos.
La siembra de estupefacientes sobre todo en la región de Villa de Cos se generó desde el sexenio del presidente José López Portillo, pero desde antes, ya se tenían noticias de sembradíos de marihuana en algunas regiones serranas del estado.
La situación que hoy vive Zacatecas rebasa sustancialmente la historia de violencia que ha vivido esta entidad federativa, tan castigada por los gobiernos del centro y por los movimientos que ha registrado el país y la región.
La violencia en Zacatecas se elevó dramáticamente después de la segunda mitad del sexenio de la gobernadora perredista Amalia García Medina (2004-2010) con la irrupción de Los Zetas en tierra zacatecana, pero lo que hoy vivimos, no tiene parangón en la historia de la violencia en el estado.
En aquella época el actual gobernador David Monreal Ávila era el presidente municipal de Fresnillo, un municipio que hoy es el de mayor percepción de inseguridad en el país, pero que desde que lo presidió el actual mandatario, no solo no ha disminuido sus índices de criminalidad, sino que en este momento los ha incrementado y lo coloca en los primeros lugares de percepción de inseguridad ciudadana en el país.
En el mes de septiembre se registraron en Zacatecas 151 homicidios dolosos. En lo que va de noviembre, la violencia ha mostrado la capacidad de fuerza de las organizaciones criminales, pero también han evidenciado la debilidad de las corporaciones policíacas y la fragilidad gubernamental, lo que es altamente preocupante.
La semana antepasada un grupo armado de civiles irrumpieron en la cabecera municipal de Loreto, secuestraron al director de Seguridad Pública Municipal y a dos oficiales, sin que nadie lo impidiera.
Días después los cuerpos del director de Seguridad Pública de Loreto y dos oficiales amanecerían sin vida en una comunidad colindante de Aguascalientes con signos de tortura, uniformados y con una perforación en la cabeza.
La fuerza de las organizaciones criminales se extiende en varios municipios del estado, lo que ha propiciado que en por lo menos ocho, las policías municipales ya no se presenten, al sentirse vulnerables ante la capacidad numérica y de fuego de los grupos criminales.
En estos ocho municipios no hay policía pero lo peor, es que tampoco el estado ha dispuesto de elementos para su protección, por lo que los ciudadanos se encuentran desprotegidos y a merced de estas bandas delincuenciales que hacen alarde de su fuerza y control en algunos municipios.
Ante este escenario el gobernador David Monreal ha hecho dos cosas: la primera aceptar la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Arturo López Bazán, quien fue sustituido por el general de Brigada Diplomado de Estado Mayor retirado, Adolfo Marín Marín; y declarar que los estados vecinos “siembran” sus muertitos en Zacatecas.
En materia de seguridad interior el gobernador no ha mostrado ninguna estrategia. Cometió el error de ratificar a López Bazán quien solo duraría 68 días al frente de la SSP, lo que evidencia la falta de manejo gubernamental en el tema de seguridad.
Por otro lado se trata equivocadamente de eludir la crisis de inseguridad en el estado. El día en el que amanecieron colgados diez personas en Ciudad Cuauhtémoc, su área de Comunicación Social compartió una foto en la que se informa sobre la supervisión del mandatario en el cierre de un socavón en el Centro Histórico de Zacatecas.
El gobernador David Monreal Ávila no ha dimensionado lo delicado de la crisis que vive y tampoco la gravedad de las decisiones políticas que está tomando. Todo este escenario seguirá escalando y mostrando a un gobierno débil, sin recursos para enfrentar esta emergencia y aislado de la ciudadanía, a la que pretende gobernar con boletines.
Al tiempo.
@juangomezac