Dos explosiones impactaron el martes la embajada de Irán en Líbano y dejaron al menos 23 muertos, entre ellas el agregado cultural iraní.
Un grupo libanés vinculado a Al Qaeda conocido como Brigadas Abdullah Azzam se adjudicó la responsabilidad de lo que describió como un ataque suicida doble contra la misión diplomática iraní en el sur de Beirut.
Líbano ha sufrido una serie de ataques con bomba y enfrentamientos relacionados con el conflicto de dos años y medio en la vecina Siria.
Grabaciones de cámaras de seguridad mostraron a un hombre con un cinturón con explosivos acercándose hacia la muralla exterior de la embajada antes de inmolarse, dijeron funcionarios libaneses. Agregaron que la segunda explosión fue causada por un coche bomba estacionado a dos edificios del complejo.
En un tuit, el jeque Sirajeddine Zuraiqat, el guía religioso de las Brigadas Abdullah Azzam, dijo que el grupo había realizado el ataque. “Fue una doble operación de mártires de dos de los héroes suníes de Líbano”, escribió.
Irán, un país chií, ha apoyado la lucha del presidente sirio Bashar al-Assad contra los rebeldes suníes, que están respaldados por potencias suníes como Arabia Saudita y Qatar.
Grupos rebeldes sirios, algunos vinculados a Al Qaeda, han amenazado con llevar su batalla de Siria a Líbano en respuesta al involucramiento militar de Irán y su aliado Hezbollah, un grupo guerrillero chií libanés, junto a las fuerzas de Assad.
Muerte de agregado cultural
El embajador iraní Ghazanfar Roknabadi dijo que estaba claro que los ataques estuvieron dirigidos a su embajada e identificó a uno de los muertos como Ebrahim Ansari, un agregado cultural que se encaminaba a su trabajo cuando la bomba explotó.
El ministro de Salud, Ali Hassan Khalil, dijo que 23 personas murieron y 146 resultaron heridas.
“En la entrada de la embajada iraní conté seis cuerpos afuera”, dijo el camarógrafo de Reuters Televisión Issam Abdullah. “Vi partes de cuerpos (…) arrojadas a dos cuadras de distancia. Hubo un daño enorme”, agregó.
La reforzada puerta de metal de la embajada quedó doblada por las explosiones.
El fuego incendió algunos autos afuera de la embajada y las fachadas de algunos edificios quedaron destrozadas. Vidrios de las casas aledañas cubrían las calles ensangrentadas y algunos árboles quedaron cortados, pero la fortificada sede diplomática sufrió daños menores.
Soldados en trajes camuflados, bomberos y paramédicos asistieron rápidamente al lugar para evacuar a los heridos.
El ataque ocurrió después de incursiones con coches bomba en bastiones suníes y chiíes de Beirut y la ciudad norteña de Trípoli en agosto, en las que al menos 66 personas murieron.
“Quien sea que realice un ataque de este tipo en estas circunstancias sensibles, de cualquier facción, sabe directa o indirectamente que está sirviendo a los intereses de la entidad sionista (Israel)”, dijo el embajador iraní Roknabadi.
Agregó que no sabía si había otros funcionarios iraníes entre los muertos, pero canales de televisión libaneses citaron a fuentes diplomáticas iraníes diciendo que no había personas heridas dentro de la embajada.