El presidente israelí, Shimón Peres, dijo que el acuerdo firmado entre Irán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, más Alemania) se “juzgará por su resultados, no por las palabras”, y llamó al pueblo iraní a rechazar el terrorismo y detener su programa nuclear.
En un discurso en el Senado de México, país al que hace una visita de Estado, señaló que este asunto está “en manos del pueblo iraní”, que el 24 de noviembre pasado celebró en las calles un acuerdo que, además, alivia las sanciones de Occidente contra el Gobierno de Teherán.
El convenio establece que el Gobierno de Teherán deberá congelar parte de su programa nuclear a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones económicas.
“Hago un llamamiento para que rechacen el terrorismo, detengan su programa nuclear” así como “el desarrollo de misiles de largo alcance”, apuntó el mandatario israelí, quien admitió que existe la oportunidad de resolver este conflicto de forma pacífica.
Aunque todos prefieren una solución diplomática, incluido Israel, “la comunidad internacional no puede tolerar a un Irán nuclear”, un país que, dijo, no es amenazado por nadie.
“Cuando Irán deje de amenazar a los demás, se liberará a sí mismo de la carga que ha puesto sobre sus propias espaldas”, señaló Peres, quien inició el miércoles una visita de Estado a México, que culminará con el recibimiento a Israel en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.
“Espero sinceramente que este acuerdo libere al pueblo iraní y deje de ser una fuente de amenazas y se convierta en una nación que contribuya a la paz y al resto del mundo, pero el tiempo dirá”.
El pacto tiene una validez de seis meses a partir de su puesta en marcha, prevista para finales de enero, un periodo durante el que las partes deberán negociar un acuerdo global para poner fin al conflicto nuclear que ya dura 10 años.
La comunidad internacional teme que, bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear civil, Irán se esté haciendo con los materiales y conocimientos necesarios para acceder a la bomba atómica.
Teherán rechaza estas alegaciones y dice que sólo tiene intenciones pacíficas, como la generación de energía eléctrica y la lucha contra el cáncer. Tiene seis meses para redondear un acuerdo global.