El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló que una quinta parte de la población mundial vive en zonas que registran violencia o inestabilidad, por lo que en un discurso en el que delineó las prioridades del organismo para 2014, manifestó que la agenda del desarrollo debe enfocarse en estos individuos.
Ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) el líder del organismo indicó: “Al menos una quinta parte de la población, y cerca de la mitad de los pobres y de todos los niños en edad escolar, vive en países que experimentan violencia, conflicto político, inseguridad y fragilidad”.
El titular de la ONU aseveró que era en estos países donde la agenda del desarrollo debía tener mayor impacto, por lo que pidió a los líderes mundiales trabajar en beneficio de la humanidad.
Además, expresó su consternación por las manifestaciones recurrentes de odio entre grupos religiosos y étnicos, y que en algunas naciones desarrolladas se use a minorías y migrantes como chivos expiatorios, debido a que esto incrementa peligrosamente las tensiones sociales.
Siria, Sudán del Sur y la República Centroafricana son las naciones que cuentan con los mayores conflictos, según el dirigente de la ONU, por lo que llamó a los líderes de estos países a actuar en beneficio de sus pueblos, y fustigó las “acciones inmorales e irresponsables de demasiados individuos con influencia” en dichas naciones.
Destacó en ese sentido el valor de la ONU como única gran institución global conformada para lidiar con los “fallas humanas” en el mundo, y pidió a los estados miembros de la organización a ser más generosos en sus contribuciones.
“Esta organización mundial no debería tener que rogar a los gobiernos por las tropas, policías o los recursos que necesita, mientras que las víctimas de la guerra y la pobreza sufren y mueren”.
Por otra parte, en su visita a Sudán del Sur, el subsecretario de la ONU para los Derechos Humanos, Ivan Simomovic, indicó que las informaciones que les llegan sobre la violencia que incide en esa nación “dan cuenta de matanzas masivas, ejecuciones extrajudiciales, destrucciones a gran escala, saqueos y el reclutamiento de niños soldados”.
La ONU acusa a las fuerzas del presidente Salva Kiir y del exvicepresidente Riek Machar de llevar a cabo atrocidades en el conflicto, que comenzó el 15 de diciembre.
Las organizaciones de ayuda humanitaria cifran en 10 mil el número de muertos en los combates, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió a ambos bandos de que serán considerados “responsables”.