Nueve soldados ucranianos murieron el martes en el este del país cuando insurgentes prorrusos derribaron el helicóptero en el que viajaban, solo un día después de que un dirigente insurgente declarara una tregua.
“Nueve personas iban a bordo del helicóptero (Mi-8). Según las primeras informaciones, todos los que estaban a bordo murieron”, escribió Vladyslav Seleznyov, un portavoz de Defensa en un mensaje de Facebook.
Fuentes militares indicaron que el helicóptero Mi-8 fue derribado fuera de la ciudad de Slavyansk, donde se han producido algunos de los combates más fuertes entre insurgentes y el ejército, que han dejado dede abril casi 400 muertos.
Este ataque se produjo un día después de que un líder de los insurgentes ordenara un alto el fuego temporal, y justo cuando Kiev y los rebeldes prorrusos se preparaban para negociar durante el alto el fuego decretado hasta el viernes.
Pocas horas antes del ataque rebelde, el presidente ruso Vladimir Putin pidió al parlamento que cancelera la autorización para intervenir militarmente en Ucrania.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, se congratuló por la iniciativa de Putin y la consideró el “primer paso concreto” hacia una solución de la situación en el este del país.
Los violentos combates entre insurgentes y el ejército han dejado casi 400 muertos y constituyen una amenaza para la unidad de la exrepública soviética, después de la anexión de Crimea a Rusia en marzo.