Las fuerzas del gobierno de Ucrania tomaron posiciones hoy a unos 20 kilómetros de Donetsk, uno de los feudos de los separatistas prorrusos en el este del país, a pesar de que no parece inminente un asalto a la ciudad.
Una columna de tanques, blindados y camiones, de kilómetro y medio de largo, llegó el miércoles desde Mariupol, a 110 km de distancia de Donetsk, sin librar combates, y se dispersó por varios lugares, afirmaron a la AFP soldados ucranianos. Las excavadoras cavaban trincheras en los campos cercanos a la aldea de Olenivka.
El objetivo es rodear Donetsk y Lugansk, los dos principales bastiones de los insurgentes. Los periodistas de la AFP han visto un tanque y dos blindados de infantería de fabricación rusa situados a ambos lados de una carretera y más lejos un cañón antiaéreo y varios vehículos militares diseminados por el bosque.
Últimamente las fuerzas de Kiev arrebataron varias ciudades a los rebeldes, como Slaviansk, y el gobierno ucraniano anunció la imposición de un bloqueo a Donetsk y Lugansk.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y otros responsables afirmaron haber dado la orden de que las operaciones contra los separatistas no causen muertos entre la población civil, una norma que parece incumplirse sobre el terreno a la luz de testimonios recabados en Lugansk.
Aunque las fuerzas de Kiev sean superiores a las de los separatistas en efectivos y en material, se ven limitadas en el uso porque Donetsk tiene un millón de habitantes y Lugansk, 500.000.
Un responsable ucraniano afirmó el miércoles por la noche que no habrá “ningún bombardeo aéreo, ningún bombardeo de artillería” contra Donetsk y Lugansk. “Estamos a punto de terminar con el bloqueo”, por lo que la toma de estas ciudades “podría llevarse cabo en un plazo de un mes”.