
El líder islamista bangladesí Muhammad Kamaruzzaman fue ahorcado hoy en la Prisión Central de Dacca, en cumplimiento de una condena a muerte por crímenes cometidos durante la guerra de independencia de 1971, informaron fuentes oficiales.
El que fuera secretario general adjunto del hoy ilegalizado partido Jamaat-e-Islami (JI), principal formación religiosa del país, murió poco después de las 22.00 hora local, según informó el comisario de la Policía metropolitana, Asaduzzaman Mia, a Bdnews24.
El reo había comunicado durante la mañana del sábado su decisión de no pedir perdón presidencial y fue visitado por última vez horas después por una veintena de familiares, algunos de los cuales abandonaron la prisión haciendo el signo de la victoria.
Kamaruzzaman se convierte así en el segundo condenado por crímenes de guerra que pasa por la horca, después de que a finales de 2013 el también dirigente islamista Abdul Quader Molla sufriera el mismo castigo.
Jamaat-e-Islami se alineó en el conflicto con el régimen de Pakistán, del que Bangladesh era entonces la región oriental.
Kamaruzzaman había sido condenado a muerte por un tribunal especial de crímenes de guerra en mayo de 2013; en noviembre de 2014 el Tribunal Supremo (TS) ratificó la sentencia y el pasado lunes esa misma corte rechazó una recurso de apelación del convicto.
El condenado tenía 18 años cuando comenzó el conflicto y estaba acusado de crear una milicia de apoyo al Ejército paquistaní llamada Al Badr (Luna Llena, en árabe) que cometió graves crímenes, especialmente en la recta final de la contienda.
En concreto a Kamaruzzaman se le condenó por ser “cómplice” del asesinato de decenas de personas y de la violación de mujeres en Sohagpur, una pequeña localidad en el norte del país conocida hoy como “la aldea de las viudas”.
En los nueve meses que duró la guerra de 1971 hubo un número de muertos que cifras oficiosas sitúan en alrededor de tres millones y varios cientos de miles de mujeres sufrieron abusos sexuales.




























