El Pentágono aumentará la ayuda que presta a México en la sangrienta lucha contra el narcotráfico, mediante el establecimiento de un nuevo cuartel de operaciones especiales en Estados Unidos, en el cual los efectivos mexicanos podrán recibir entrenamiento para enfrentar a los cárteles de la droga de la misma forma en que las fuerzas estadounidenses se preparan para luchar contra Al-Qaeda.
La información fue proporcionada por funcionarios estadounidenses y obtenida de documentos militares.
Esa asistencia podría servir para que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto establezca una fuerza militar enfocada en las redes criminales que han sembrado el terror en varios estados de México, principalmente en el norte, y que incluso han amenazado la frontera con Estados Unidos. Las autoridades mexicanas informaron tras el cambio de gobierno que la violencia relacionada con el narcotráfico dejó al menos 70.000 muertos entre 2006 y 2012.
Con sede en las instalaciones del Mando Norte Estadounidense, en Colorado, el centro de operaciones especiales aprovechará un programa existente que ha permitido a militares, policías y agentes de inteligencia de México estudiar las operaciones antiterroristas de Estados Unidos.
El objetivo de ese estudio de actividades, que van de Estados Unidos a las zonas de guerra, es mostrar a las autoridades mexicanas la forma en que las fuerzas de operaciones especiales construyeron una red entre varias agencias a fin de luchar contra Osama bin Laden, el líder de al Qaida y contra sus seguidores.
El equipo de operaciones especiales en las instalaciones del Mando Norte ocupará un nuevo cuartel, encabezado por un general en vez de un coronel, de acuerdo con un memorándum firmado el 31 de diciembre por el secretario de la Defensa, Leon Panetta. Esa medida da al grupo más autonomía y el número de personas en la instalación podría elevarse de 30 a 150, lo que significa que el centro podría ampliar sus misiones de entrenamiento con las fuerzas mexicanas, pese a que no se asignen nuevos recursos a la misión.
El programa de operaciones especiales ha ayudado ya a que las autoridades mexicanas establezcan su propio centro de inteligencia en la Ciudad de México, para luchar contra las redes delictivas. Ese centro se diseñó tomando como modelo instalaciones similares que se construyeron en zonas de guerra con el fin de enfrentar a al-Qaida en Afganistán e Irak, dijeron dos funcionarios estadounidenses.
Sin embargo, funcionarios militares mexicanos y estadounidenses han desestimado el cambio y se desconoce si el gobierno de México accederá a redoblar su entrenamiento.
“Sólo estamos colocando a un comandante a cargo de las cosas que hacemos ya”, dijo el vocero del Mando Norte, capitán de la Armada Jeff Davis, en una declaración escrita.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México envió por correo electrónico otra declaración, en la que afirmó que estaba al tanto de los cambios, sin emitir más comentarios.
La creación del nuevo mando representa otra expansión del imperio de operaciones especiales del almirante Bill McRaven, de operaciones especiales, mientras busca enviar a sus agentes especiales de su década de servicio en zonas de guerra en Irak y Afganistán a nuevas misiones, incluso si el resto de las fuerzas militares combate reducciones posteriores a la guerra y recortes de presupuesto multimillonarios.
El nuevo cuartel también coordinará a las tropas de operaciones especiales cuando sea necesario para tareas locales como el rescate de sobrevivientes tras desastres naturales o la ayuda a la Guardia Costera de Estados Unidos en operaciones contra embarcaciones con carga sospechosa justo afuera de las aguas territoriales estadounidenses, de acuerdo con varios funcionarios actuales y ex funcionarios informados sobre la misión. Ellos hablaron a condición de mantener el anonimato porque el Pentágono no ha anunciado formalmente el nuevo cuartel.
El documento inicial que solicitaba a Panetta el establecimiento de este programa enfatiza su papel en la cooperación con México, entre militares. El documento fue firmado en septiembre de 2012 por McRaven y por el general Charles Jacoby, del Mando Norte.
Las operaciones especiales de entrenamiento del Mando en la actualidad se derivan de la Iniciativa Mérida, formalizada en 2008 para proporcionar asistencia militar amplia a México. El personal adicional de operaciones especiales, incluso soldados y civiles, ayudará a coordinar más misiones a medida que México las solicite, dijeron funcionarios actuales y anteriores.
Es probable que Peña Nieto acepte de buena gana que continúe el entrenamiento, a fin de ayudarle a construir y coordinar las fuerzas que necesita para mitigar la violencia del narcotráfico, consideró la doctora Agnes Gereben Schaefer, politóloga de Rand Corp, una institución de investigación sin fines de lucro.
“Él ha hablado de establecer una fuerza… formada por ex militares y fuerzas policiales y ha descrito que realizaría tareas de precisión más quirúrgica” que la campaña actual del ejército mexicano y la Policía, dijo Schaefer.
El gobierno enviaría a los efectivos de esta fuerza hacia las localidades asoladas por la violencia del narcotráfico, donde no hay presencia policial suficiente para combatir a los delincuentes, agregó la analista.
Militares, funcionarios de inteligencia y jefes policiales de México han recorrido ya el cuartel general del Mando Conjunto de Operaciones Especiales en el Fuerte Bragg, Carolina del Norte, para ver la forma en que las fuerzas estadounidenses coordinan esfuerzos con aeronaves, embarcaciones y efectivos de mar y aire, de acuerdo con un jefe militar.
Un pequeño grupo de funcionarios mexicanos, tanto militares como de inteligencia, visitó también el centro especial del mando en la base aeronáutica de Balad, en Irak, antes del retiro de las fuerzas estadounidenses en 2011, dijo un ex funcionario estadounidense.
Las fuentes estadounidenses enfatizan que la compartición de esta experiencia no significa que los equipos especiales de Estados Unidos realizarán operaciones contra blancos en México o que entrarán al país con sus propias armas.
México prohíbe que militares o autoridades estadounidenses porten armas en su territorio, con algunas excepciones, pero comandos de Estados Unidos han realizado misiones de entrenamiento anteriormente, dijeron dos ex funcionarios militares estadounidenses y uno en funciones.
Los funcionarios hablaron a condición de permanecer en el anonimato por no tener permiso de referirse públicamente a misiones de índole delicada.