El gobierno de Filipinas calcula que se tardará unos cinco años en rehabilitar plenamente las zonas devastadas por el tifón Haiyan, que ha dejado cinco mil 240 muertos, más de 25 mil 600 heridos, mil 600 desaparecidos y 10 millones de damnificados.
“Estamos hablando de un plan de rehabilitación a largo plazo que llevará entre dos y cinco años”, informó este martes el director ejecutivo del Consejo Nacional para la Gestión y la Reducción de Desastres (NDRRMC), Eduardo del Rosario.
Explicó que se elaborará un plan en los próximos dos o tres meses que detalle la reconstrucción de las infraestructuras afectadas por el tifón del pasado 8 de noviembre y que será ejecutado por el NDRRMC junto con el Departamento de Obras Públicas y Carreteras.
En el plan participarán organizaciones privadas, incluidas entidades extranjeras, que ya están ayudando en la rehabilitación de las zonas afectadas, según del Rosario, citado por el diario The Manila Times.
Los costos para la reconstrucción de viviendas, escuelas, edificios y caminos en las zonas devastadas en Filipinas por el tifón Haiyan pueden llegar a los 250 mil millones de pesos filipinos (5 mil 800 millones de dólares).
Este martes, el Congreso de Filipinas creó un fondo de reconstrucción de 100 millones de pesos filipinos (casi dos mil 300 millones de dólares) después de aprobar el presupuesto nacional de 2.2 billones de pesos para el próximo año, un 13 por ciento más alto que este año.
“Tenemos que infundir una mayor base financiera para recuperar y conservar la viabilidad física, económica y social de las comunidades afectadas”, dijo a la prensa Francis Escudero, jefe del panel de finanzas del Senado.
Destacó que la aprobación del Congreso le dio al gobierno una mayor flexibilidad para responder a futuros desastres naturales, así como reconstruir las comunidades destruidas por el tifón Haiyan y un terremoto de 7.2 grados Richter en la isla central de Bohol en octubre pasado.
A 18 días del paso del tifón por el sur de Filipinas, las actividades continúan normalizándose en Tacloban, la ciudad más devastada por Haiyan, pues hasta ahora 12 bancos ya han reanudado sus operaciones y el transporte público ya ha retomado sus rutas.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de Filipinas han lanzado una campaña de vacunación masiva para prevenir brotes de sarampión y poliomielitis entre los supervivientes del tifón.
Cerca de 33 mil niños serán vacunados contra el sarampión y la polio, en una campaña que comenzará en los centros de evacuación en la ciudad de Tacloban, las demás áreas más golpeadas por el tifón y los centros de acogida, donde hay alto riesgo de contraer enfermedades contagiosas.
“Hay numerosos niños no vacunados en riesgo de contraer y propagar enfermedades infecciosas como el sarampión, sobre todo en los albergues temporales”, advirtió la doctora Julie Hall, representante de la OMS en Filipinas.
Según los trabajadores humanitarios, uno de los principales desafíos es mantener las vacunas refrigeradas pese a la falta de electricidad en muchas áreas.