Existen pruebas crecientes de que funcionarios del gobierno sirio, incluido el presidente Bashar Assad, son responsables de crímenes contra la humanidad y delitos de guerra, afirmó el lunes la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
Navi Pillay dijo que en la guerra civil siria “la magnitud y crueldad de los abusos que son perpetrados por elementos de ambas partes es casi increíble” y están siendo bien documentados por un panel de investigadores de las Naciones Unidas.
Ese panel ha generado “enorme cantidad de evidencia” de crímenes que “indica responsabilidad el nivel más alto del gobierno, incluido el jefe de estado”, afirmó en una conferencia de prensa.
Las listas de presuntos criminales están guardadas bajo llave en su oficina y seguirán selladas allí hasta que sean solicitadas por autoridades internacionales o nacionales para “una investigación creíble” y entonces posiblemente usadas para enjuiciamiento, agregó
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Pillay dijo que le preocupa el mantener el equilibrio apropiado a la hora de decidir por cuánto tiempo se mantiene secreta la información. Las listas “con toda razón les pertenecen a las personas que sufrieron las violaciones”, dijo, pero deben ser mantenidas “selladas para preservar la presunción de inocencia” hasta que se puedan realizar pesquisas judiciales que pudieran llevar a juicios.
Dijo que Siria y Corea del Norte (los dos países investigados en estos momentos por el panel de la ONU) son dos de los peores violadores de derechos humanos en el mundo, pero también mencionó problemas en Bangladesh, la República Centroafricana y otras regiones.
Otros asuntos que requieren la atención mundial, dijo, son las grandes expulsiones de migrantes de Arabia Saudí, la alta cifra de muertes de trabajadores inmigrantes que construyen estadios para la Copa del Mundo de futbol en Catar, y la continua explotación política de la xenofobia y el racismo en Europa y otras regiones desarrolladas.