Ucrania denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU la “agresión” rusa contra su país y su integridad territorial, mientras que Moscú defendió su actuación y atacó la injerencia de Occidente en los asuntos ucranianos.
“Las tropas rusas han entrado ilegalmente en territorio de Ucrania”, indicó el embajador ucraniano, Yuriy Sergeyev, quien subrayó que el número de efectivos “aumenta cada hora”.
“Esta acción de la Federación Rusa constituye una agresión contra el Estado de Ucrania, una severa violación de la legislación internacional que plantea una seria amenaza a la soberanía y a la integridad territorial de nuestro país y a la paz y estabilidad en toda la región”, añadió.
Sergeyev, que habló al comienzo de la sesión, pidió a los miembros del Consejo de Seguridad que hagan “todo lo posible” para detener la intervención rusa.
A continuación tomó la palabra el embajador ruso, Vitaly Churkin, que criticó la descripción de la situación hecha por su homólogo ucraniano y quien volvió a censurar el comportamiento de la Unión Europea y otros actores de Occidente en toda la crisis.
Churkin volvió a defender la legitimidad de las decisiones del expresidente Víktor Yanukóvich y criticó el apoyo “extranjero” a las manifestaciones que terminaron haciéndole caer.
Respecto a la actual situación, el embajador ruso aseguró que las decisiones tomadas desde Kiev han creado “una gran preocupación en el este de Ucrania y especialmente en Crimea” y recordó que la petición del presidente Vladimir Putin para utilizar la fuerza en Ucrania llegó después de una solicitud de las autoridades de la región autónoma.
Al mismo tiempo, señaló que la decisión final sobre el posible uso de la fuerza -“en territorio ucraniano y no contra Ucrania”, puntualizó- aún no ha sido tomada.
Churkin aseguró que la salida a la crisis pasa por “mantener la cabeza fría y volver a la senda constitucional”, aplicando el acuerdo alcanzado entre Gobierno y oposición ucranianos el 21 de febrero y formando un verdadero Ejecutivo de unidad nacional.