Millones de londinenses tuvieron que utilizar o buscar medios alternativos de transporte debido a una huelga de los trabajadores del metro contra los recortes de empleos.
“Es un auténtico dolor de cabeza”, dijo Ross Kemp, trabajador en el sector financiero, mientras esperaba un autobús en la estación King’s Cross, asegurando que sentía “poca simpatía” por los empleados en huelga.
Bajo una fina lluvia, la gente esperaba bajo las marquesinas a autobuses que no se detenían porque iban demasiado llenos. Otros le echaban más valor y se veían muchas más bicicletas que de costumbre, además de más calzado deportivo para afrontar largas caminatas en una gran ciudad en la que se pueden recorrer 10 kilómetros sin abandonar el centro.
El metro de Londres es el más viejo del mundo -abrió en 1863- y registra cada año mil 340 millones de viajes.
El paro del metro de este lunes inaugura una semana difícil que continuará con una huelga -martes, el miércoles y el jueves- de Southern Rail, la compañía ferroviaria que transporta a cientos de miles de personas a Londres desde los suburbios del sur, y otra -miércoles y jueves- del personal de cabina de Brisith Airways.
Fiona Stockwell, otra pasajera de King’s Cross, explicó que tuvo que madrugar más de lo normal para evitar la hora punta -entre las 8 y las 9, aproximadamente: “y no me hizo muy feliz”, aseguró.
“Tenemos que adaptarnos a las nuevas tecnologías”, añadió Stockwell, refutando a los empleados del metro que se quejan del cierre de los puntos de venta y atención al público y su sustitución por maquinas dispensadoras.
Diez de las 11 líneas de metro se vieron afectadas por esta huelga de 24 horas decretada por RMT, el Sindicato nacional de empleados de transporte ferroviario y marítimo.
La huelga era sólo de empleados de las estaciones, y no de los conductores de trenes, por lo que las pocas estaciones que llegaron a reunir el personal necesario para abrir atrajeron a miles y miles de personas. Como la de Clapham Junction, uno de los principales nudos ferroviarios de Londres, que tuvo que ser evacuada y cerrada por su saturación.
El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, criticó enérgicamente la huelga describiéndola como “innecesaria”.
“Acepto el argumento de que necesitamos más personal en el metro de Londres”, dijo Khan a la BBC. “Ya hemos creamos 200 nuevos puestos y queremos seguir hablando con los sindicatos si no están contentos. ¿Por qué la huelga? ¿Por qué no resolver estas cosas amistosamente?”, se preguntó.
Sin embargo, Mick Cash, líder del RMT, explicó a la AFP que está dispuesto a dialogar más, pero que la supresión de 830 empleos por el cierre de taquillas de venta había aumentado la presión sobre la red.
“Cinco millones de personas usan cada día el metro y está al borde del colapso”, estimó Cash.
“No hay suficiente personas para asegurarse de que funciona con seguridad. Si no hacemos nada, podría ocurrir algo drástico”, añadió, recordando las amenazas a la seguridad en la capital británica.
“Los usuarios del metro saben que algo no funciona, ven lo atiborrados que van” los trenes, añadió, asegurando que tienen el apoyo de la gente.